Santiago.- La Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago resolvió sobreseer temporalmente al ex dictador Augusto Pinochet por el caso conocido como Caravana de la Muerte. El fallo, no apelable en principio, significa de hecho el fin de la causa penal contra Pinochet. La decisión se adoptó considerando el delicado estado de salud que lo afecta, que lo ha llevado a un "grado de demencia", como indicaron los jueces del tribunal en su argumentación. "Se precisa que respecto de dicho inculpado (Pinochet) queda suspendido el procedimiento y la realización de los trámites que se hallaren pendientes", explica el fallo.
El magistrado Hugo Dolmetsch fue el único de los tres jueces integrantes del tribunal que votó en contra del sobreseimiento, los otros dos jueces -Cornelio Villarroel y Amanda Valdovinos- aceptaron los argumentos de la defensa que se amparó en la causa de "locura" o "demencia". El fallo que liberó a Pinochet no es apelable ante la Corte Suprema, dijeron los acusadores, por lo que el juicio queda de facto suspendido indefinidamente. "En el fondo es un sobreseimiento definitivo con lo cual además se impide que haya recursos de casación y se pueda llegar hasta la Corte Suprema", expresó el abogado querellante y diputado socialista Juan Bustos. El fallo no dice que Pinochet sea inocente, sino que se lo absuelve por estar demente.
La Caravana de la Muerte
El juez especial Juan Guzmán Tapia resolvió a comienzos de este año procesar a Pinochet como autor-inductor de 57 homicidios y 18 secuestros calificados de la Caravana de la Muerte, operativo criminal realizado en octubre de 1973, pocos días después del golpe de Estado del 11 de septiembre de ese año, "con el objetivo de acelerar procesos contra presos políticos en los denominados Consejos de Guerra". De hecho, la Caravana fue una operación de tortura y exterminio de presos políticos. Sin embargo, el tribunal resolvió más tarde reducir el cargo contra Pinochet de autor-inductor a encubridor.
Los abogados de Pinochet habían argumentado un estado de demencia de origen vascular, que le causa pérdidas de memoria, entre otras secuelas, y que, por tanto, inhibe el debido proceso que consagra la Constitución. Pinochet permaneció la semana pasada internado en el Hospital Militar debido a problemas de presión arterial y una infección dental. El viernes pasado, a pesar que su dolencia lo ponía en riesgo de una afección cardiovascular mayor, fue trasladado a su casa.
Fuentes de la parte querellante dijeron que Pinochet "se declaraba enfermo" cada vez que esperaba fallos cruciales, versión que fue desmentida por familiares del ex dictador. "Nunca hemos jugado con la salud de mi general", declaró el secretario ejecutivo de la Fundación Pinochet, general en retiro Luis Cortés Villa.
El dictamen prorroga además sin fecha los interrogatorios, comparecencias y actos procesales, como el demorado fichaje policial del ex dictador, solicitado por el juez que inició el proceso, Juan Guzmán Tapia. La resolución de ayer causó alegría en los sectores pinochetistas y gran tristeza en la parte querellante, que calificaron el veredicto como un fracaso para la Justicia chilena.
Por su parte, Juan Bustos declaró que la resolución tendrá una reacción muy dura "porque significa la impunidad para una persona que ha cometido delitos muy graves. Deja en un pie muy frágil la imagen de la Justicia chilena desde el punto de vista de la persecución de los delitos". A pesar de que la resolución es inapelable, los querellantes podrían presentar en la Corte Suprema un recurso de casación (de revisión del veredicto dictado por la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones).
Enajenado o cuerdo, Pinochet está ahora lejos de una posible condena que iba mucho más allá de los casos puntuales que dieron pie al juicio en su contra. Informes oficiales revelaron que más de 3.000 personas murieron o desaparecieron en Chile durante la dictadura.
Los familiares de las víctimas, que han luchado incansablemente porque Pinochet sea sentenciado, dentro o fuera de Chile, no están dispuestos a rendirse, aunque el juicio esté virtualmente archivado. "Nosotros esperamos que Pinochet viva muchos años más y no vamos a parar de enrostrarle y decirle al mundo lo que él hizo, hasta que sepamos dónde están nuestros familiares", expresó Viviana Díaz, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Pero para el gobierno del socialista Ricardo Lagos, que ha convivido incómodamente por un año y medio con un proceso que enrareció permanentemente sus relaciones con los militares, la suerte de Pinochet ya es "cosa juzgada".