Pablo D'Angelo
A los 5' Entre Ríos ganaba por ocho y sólo habían tirado Palladino y Quinteros. Eso dejaba bien en claro que entendía perfectamente los roles de cada uno en el rectángulo. Córdoba no empezó marcando duro como en noches anteriores y dudaba en los bloqueos a los tiradores. Muy impaciente en ofensiva, no llevaba la pelota a los internos y tomaba tiros largos sin criterio. Entre Ríos no corría pero jugaba ordenadamente cada ataque, logrando penetraciones y tiros fáciles. Poco a poco el público se volcó por el equipo en teoría más débil e hizo ídolos a Palladino y Quinteros. Esto le dolió a Córdoba y lo estimuló, al punto que cerró a sólo 4 puntos un primer tiempo desfavorable. En el segundo tiempo, el favorito entró decidido a no regalar su historia. Y de la mano de Lábaque (dos triples) y con defensa a lo Pelussi, además de la gran tarea de Pratto sobre Palladino, pasó al frente. Entre Ríos convirtió su primer punto a los 5'. Apareció Leo Gutiérrez y de allí en más el juego fue luchado y emotivo, aunque impreciso y de bajo goleo. Con sólo cuatro a favor de Córdoba, los últimos 10' prometían. Entre Ríos fue a zona 1-2-2 y no aflojó pese a que tomaron bien a sus dos estrellas. Pelussi estuvo en todas, ayudando, doblando, reboteando y anotando. Y con Gutiérrez, con toda su jerarquía a full, Córdoba comenzó a edificar la gloria. Bien por Entre Ríos, que cayó dignamente ante un rival que contó con jugadores que, en Atenas, pasaron por esto muchas veces. Y que fue sin dudas el mejor.
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