Año CXXXIV
 Nº 49.167
Rosario,
miércoles  04 de
julio de 2001
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Inter, un desafío

El fútbol italiano siempre ha sido un mosaico resbaladizo para los técnicos argentinos. Cúper no desconoce esos antecedentes, pero siente que el camino recorrido es el mejor aval que tiene para afrontar su primer protagónico en un club grande del calcio.
-¿Qué puso en la balanza para aceptar la oferta del Inter teniendo en cuenta que en España ya se había ganado un lugar entre los mejores técnicos de la liga?
-Para mí dirigir en la liga italiana no sólo es un desafío para enriquecer mi carrera, sino que a nivel personal es como volver a empezar. En tren de comparaciones es muy parecido a lo que me ocurrió cuando llegué a España y me hice cargo de Mallorca. En ese momento no tenía un pleno conocimiento del lugar donde iba a trabajar, lo mismo pasa ahora con la liga italiana. Además el entrenador debe tener esa cuota de intuición para darse cuenta hasta dónde llega el interés o el respaldo de un club para contar con sus servicios. Por ejemplo Barcelona tenía intenciones de contratarme, pero evidentemente no había un convencimiento de que yo tenía que ser el entrenador. Seguramente si eso hubiese estado no hubiera habido necesidad de esperar tanto tiempo para cerrar la operación. En cambio lo del Inter fue diferente. Los dirigentes fueron muy claros: Usted es el entrenador y punto. La única manera de que no prosperara la operación era que yo me negara.
-¿Es consciente de que dirigir a Inter es un desafío distinto al de Mallorca y Valencia porque no tiene otra opción que salir campeón?
-Mirá, los desafíos tienen su importancia de acuerdo al club donde uno va a trabajar. Si uno va a Mallorca, es lógico que el desafío sea el descenso. Eso no le quita importancia al objetivo, si se pelea la permanencia es porque hay un equipo formado para luchar por eso, pero el grado de presión, exigencia y necesidad es el mismo. Sólo cambia que en Inter tenés que salir campeón y en Mallorca o Valencia realizar una buena campaña con distintos objetivos.
-Es verdad lo que usted dice, pero Inter es uno de los clubes más grandes de Italia y Valencia está por debajo de los populares en España.
-Sí, en eso no hay discusión. Lo complicado de estas valoraciones es que a medida que uno sube la escalera empieza a encontrarse con jugadores de distintos niveles y un grado de convivencia más complejo. Repito, a título personal la exigencia es igual. Tengo claro que Inter me contrató para salir campeón, lo mismo que hizo Valencia hace un par de años.
-¿No es una presión que la gente del Inter diga que con usted es el campeonato o nada?
-No, porque el gran objetivo del Inter es salir campeón con o sin Cúper. Cuando un club tan grande como Inter viene de varias temporadas sin conseguir cosas, la elección de un entrenador no sólo se sustenta en los logros que viene precedido, sino que está buscando alguna solución de un problema a nivel interno. Por los comentarios que escuché, el equipo venía padeciendo algunos inconvenientes que excedían el marco futbolístico. Evidentemente algo falló en los últimos años, porque gastaron mucho dinero en la contratación de jugadores y entrenadores importantes y no han podido superar una campaña de corte mediocre. Algo no cerró, desde mi función de entrenador trataré de encontrarle la vuelta a ese déficit.
-¿El hecho de que el fútbol italiano no haya sido una buena plaza para los entrenadores argentinos hizo poner en duda su decisión?
-No, en absoluto. Soy consciente de que los entrenadores argentinos no han podido mantenerse en Italia. Incluso a técnicos muy ligados a nuestro país, como el uruguayo Tabárez, tampoco le fue bien cuando dirigió Milan. Digamos que tomé conciencia de eso, pero trato de no pensarlo. Además el hecho de que a algunos técnicos no les haya ido bien en Italia no significa que a mí me pase lo mismo. Soy optimista con lo que debo hacer, recibir y acordar. Lo que necesito en Inter es arrancar bien, esto no quiere decir que tenga que ganar los primeros ocho partidos, pero un buen arranque me posibilitaría que el equipo empiece a creer en mi proyecto.
-Ahora que es técnico de Inter, ¿cuánto hubo de cierto de que tenía un precontrato firmado con Barcelona?
-De cierto hubo muchas cosas, como también hubo de mentiras. No voy a negar que Barcelona tenía interés en contratarme, aunque no pasó de intenciones. Lo que sí hubo fue una serie de mentiras que vienen al caso denunciarlas. Por ejemplo no tenía ningún precontrato firmado, ni hubo ningún pago de penalidades, ni nada de lo que se dijo por algunos medios periodísticos.


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