| | De visita en su Chabás natal, el DT se prepara para afrontar su primera temporada en Italia Cúper, profeta de Primer Mundo Si bien en Valencia no pudo coronar su ciclo con un título, fue elegido como mejor entrenador de Europa
| Mauricio Tallone
Mientras la selección de Marcelo Bielsa pasea su autoridad en las eliminatorias sudamericanas, el nombre de Héctor Cúper aparece en cuanta lista pergeñan los amantes del futurismo. Sin embargo él no quiere saltearse ninguna página del almanaque. Mucho menos, a fuerza de sueños: "No me gusta hablar de sueños, sino de objetivos", trata de disfrazar su anhelo. Quizás a su natural prudencia la acompañe alguna estrategia esotérica según la cual ocultar los deseos contribuyen a su concreción: "La selección siempre está dando vuelta en mi cabeza, pero no quiero soñar porque se tornaría en una obsesión y las obsesiones nunca conducen a un buen camino. No voy a negar que me gustaría y si en un futuro se da bienvenido sea, pero tampoco lo considero una cuestión que se tiene que dar sí o sí", sigue afirmando su mecanismo. El Cúper de expresión crispada y que suele ponerle un cerrojo a las metáforas es el mismo que partido tras partido está convencido de soportar cuestionamientos que exceden lo aceptable desde los medios periodísticos. En él conviven dos personas, por un lado, el que manifiesta su apasionamiento para discutir los grandes temas, así como el intolerante cuando de frustraciones se habla. "Hay cosas que uno siempre piensa y no se cumplen nunca. Pero no hay que sentirse ni frustrado o que uno no está capacitado para lograr ese objetivo. Desear dirigir la selección no es malo, al contrario, simplemente es trabajar sobre algo que a uno le gustaría alcanzar en algún momento. Yo me obsesiono con el trabajo del día a día o en el equipo que estoy dirigiendo, después si eso me permite ser el técnico de la selección, mucho mejor. Además hay grandes técnicos que todavía no la dirigieron".
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