Pocos, muy pocos, apostaban porque Ghana y Egipto estuvieran hoy, desde las 14, en el estadio mundialista de Córdoba para jugar una de las semifinales del Campeonato Mundial Sub 20 Argentina 2001. Si bien la historia de los africanos en los mundiales juveniles nos tiene acostumbrados a batacazos y hasta definiciones, Ghana -el mejor de los dos en los papeles- llegó tras bajar a Brasil en cuartos de final con un gol de oro, primero, y un show de rap en el medio de la cancha, después. Del otro lado sí que hay una gran sorpresa: Egipto. Especialmente después de la paupérrima actuación ante la Argentina en su segunda presentación (perdió 7 a 1 y dio todas las ventajas posibles en la zona defensiva y de contención), se consolidó y, en su camino a esta instancia donde bajó a Holanda, sólo recibió dos goles en tres encuentros. La preocupación del equipo egipcio pasa por un tirón en la pierna derecha de su jugador-estrella Mohamed El Yamany, del Standart de Lieja en Bélgica. Por su parte, el plantel de Ghana no realizó en las últimas horas un entrenamiento exigente tras su fantástica victoria ante Brasil y se limitó a realizar ejercicios en espacios reducidos, trabajando, inclusive, en una plazoleta aledaña al hotel que le sirve de concentración.
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