Año CXXXIV
 Nº 49.157
Rosario,
domingo  24 de
junio de 2001
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"Nos podemos mudar si nos dan una alternativa"

El embajador de Bolivia en la Argentina, Fernando Bedoya Ballivian, visitó el martes pasado Rosario en forma reservada (sin anunciar a las autoridades), y una vez frente a La Capital anunció que programa un "verdadero relanzamiento" de la zona franca.
El diplomático confesó conocer que las autoridades locales pujan por el recupero de las tierras, pero aclaró que "Bolivia tiene derechos adquiridos en base a un convenio internacional entre los dos países y al que no se sabe si la Argentina se puede oponer ahora".
Bedoya Ballivian admitió que la mudanza fue una posibilidad hablada entre las partes en los últimos años, pero aseguró que la zona franca "se puede trasladar sólo si la Municipalidad ofrece una alternativa. Y ésta hasta ahora no apareció".
"Bolivia no se va a convertir en un óbice para el desarrollo de la ciudad -se atajó- pero primero debe haber una propuesta concreta por parte de las autoridades y nos tienen que ofrecer una zona que se adapte a nuestras necesidades".
Bedoya Ballivian recordó que "en esta zona hubo operaciones regulares hasta principios de los 90 con las exportaciones de azúcar y madera", y explicó que el posterior abandono se produjo por "el aumento de los costos de los fletes". Apuntó que el declive del muelle "comenzó hace muchos años y muy paulatinamente, pero tiene arreglo", y concluyó que la zona franca "tiene porvenir"
Hizo notar que las exportaciones de soja de su país crecen año a año, que ya alcanzarían el millón de toneladas, y que por eso necesitan poner a punto el muelle. El diplomático reseñó que la zona franca fue utilizada como puerta al Atlántico cuando los fletes eran más baratos y que a partir del aumento se aprovechó el Pacífico. Pero que ahora que el río Paraná resulta nuevamente la mejor opción es que piensan en el relanzamiento.
"Primero habrá que hacer una evaluación de la situación del área. Tenemos que saber qué tenemos, para después ver la posibilidad de concesionar la zona franca, porque ya hay muchas empresas privadas interesadas", dijo.
En años anteriores se vieron en el predio cientos de tractores a la intemperie hasta que el gobierno boliviano logró venderlos. Hoy los galpones almacenan maquinarias agrícolas en litigio. El último barco que amarró fue la nave Simón Bolívar, que llegó a Rosario en 1988.
Una década después, Bolivia evaluaba la posibilidad de "trasladar" la zona franca porque la Municipalidad proyectaba la urbanización de área.
"Durante mucho tiempo no hubo conversaciones con el municipio, porque todo estaba trabado por la licitación del Puerto Rosario. Pero nos vamos a mantener en contacto con la empresa española que ya tiene casi adjudicado el puerto (haciendo referencia a la firma Puerto de Tarragona)", apuntó, como una de las alternativas para "relanzar" la zona franca.


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