Año CXXXIV
 Nº 49.157
Rosario,
domingo  24 de
junio de 2001
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La Municipalidad quiere recuperar las tierras para el uso público
Tironeo entre funcionarios locales y de Bolivia por el futuro de la zona franca
Son 2,5 hectáreas frente al río, entregadas en 1976. El último barco amarró en 1988. Visita del embajador

Eugenia Langone

Empresarios, urbanistas, funcionarios y legisladores de todo el arco político consideraron unánimemente que llegó la hora de que Bolivia libere las 2,5 hectáreas de zona franca bajo la barranca del parque Urquiza, para que se abran a la gente.
Hace 12 años que en ese muelle no amarra ningún barco y lo único que se ve es chatarra, pero el embajador boliviano realizó el martes pasado una visita reservada a Rosario y aseguró que lejos de pensar en la retirada programa el "relanzamiento" de la actividad portuaria en el lugar (ver recuadro).
La zona franca boliviana, desde la altura de calle San Juan a Zeballos, representa la mitad de un sector costero vedado al público, ya que linda, al norte, con otras 2,5 hectáreas que ocupan cuatro instituciones: Canal 5, la guardería Rosario y los clubes Náutico y Ministerio de Obras Públicas. Estas entidades tienen los permisos vencidos y llevan dos años sin pagar canon, lo que originó un debate en la Municipalidad y el Concejo sobre si las tierras no deberían ser liberadas al uso público.
"Nuestro propósito es recuperar la zona franca para que al sector lo disfruten las familias rosarinas", declaró a La Capital el secretario general de la Intendencia, Juan Carlos Zabalza. "Qué mejor que un extenso parque, que incluso alguna vez pensamos en llamar De la Amistad Argentino-Boliviana", dijo Zabalza, quien como ex secretario de Relaciones Internacionales comenzó las gestiones.
"La recuperación debe darse en el marco de negociaciones bilaterales que preserven la integración y armonía de los dos países. A los argentinos nos conviene la integración plena de Bolivia al Mercosur", advirtió no obstante el funcionario.
La zona franca fue entregada en julio de 1976 a Bolivia (que carece de salida al mar) para que los productos de ese país ingresen libres de impuestos y sin trámites aduaneros. Prometía convertirse en un centro industrial importador y exportador pero quedó en el intento: la actividad fue casi nula y el lugar se convirtió en un depósito de chatarra.
Hoy en día el muelle está vencido, producto del envejecimiento de los algarrobos y no podría operar si no es luego de una importante inversión.
Tanto la Municipalidad como la Asociación Empresaria, urbanistas, constructores y legisladores coinciden en que el desarrollo costero que se está dando en la ciudad exige la recuperación del área. Algunos destacan que en verano 10 mil rosarinos van el fin de semana a La Fluvial para cruzar a las islas, y que desde ahí hasta avenida Pellegrini, por ejemplo, no hay un metro cuadrado libre para la gente.
-¿Zabalza, este asunto se tramita en la Cancillería argentina?
-Así es. Porque la zona franca funciona en territorio rosarino pero por medio de una ley nacional. Compartimos el interés de Bolivia de tener un puerto en la ciudad, pero este lugar fue declarado no portuario por el Plan Director. Por eso se iniciaron negociaciones bilaterales para relocalizar la zona franca. Pero hasta ahora no se encontró el lugar.



El embajador de Bolivia recorrió el martes la zona.
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