Año CXXXIV
 Nº 49.157
Rosario,
domingo  24 de
junio de 2001
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Entrevista. Juan Pablo Cafiero abrió el diálogo en el "polvorín" salteño
"Hay que crear empleo estable para poder eliminar los planes Trabajar"
El ministro coincidió con los piqueteros: "Esos programas terminan prostituyendo a los desocupados"

Mauricio Maronna

A Juan Pablo Cafiero le funcionaron los reflejos y tuvo una decisión acertada. Mientras el gobierno nacional naufragaba en la indefinición, el ministro de Desarrollo Social recibió, el viernes, la comunicación de un obispo salteño, alarmado por la falta de interlocutores en el polvorín de General Mosconi y, en el mayor de los secretos, emprendió el viaje a la zona de conflicto. Habló con los piqueteros, compartió la madrugada con la gente del lugar y abrió, al menos, un canal de diálogo.
En una entrevista con La Capital, Cafiero negó haber estado en presencia de un "nuevo foco guerrillero", como tratan de amplificar algunas voces oficiales (u oficiosas), y se mostró a favor de la eliminación de los planes Trabajar: "Una forma de prostitución", según escuchó de propia boca de los piqueteros norteños.
"El balance de mi visita es muy positivo. La comunidad de Mosconi estaba esperando reunirse con alguna autoridad del gobierno nacional para ser escuchada en medio de la gran cantidad de problemas que existen en la zona. Y en una región que quedó olvidada, que es víctima de una privatización que se hizo sin tener en cuenta la mínima red de contención, como fue la transferencia de YPF", resume Juampi desde Salta.
-¿En el contacto cara a cara que mantuvo con los piqueteros estuvo en presencia de una "nueva guerrilla armada hasta los dientes", como dijeron algunos?
-En absoluto. Les hablé francamente y les pedí que cambiaran la metodología que tienen, respecto a los piquetes y los cortes de ruta. Ellos están persuadidos de que es importante cambiar de estrategia. La gente de General Mosconi no quiere seguir rodeada de gendarmes, pretende estar en paz.
-¿Y qué solución tiene el gobierno en el corto plazo?
-Lamentablemente en el corto plazo no hay más que parches, algunas cuestiones meramente asistenciales. Lo más importante está fijado para el lunes (por mañana), fecha en que el gobierno de Salta y el Ejecutivo nacional conversarán con los pobladores para diseñar un horizonte productivo. Eso le dará a la gente empleo estable, algo que evitará los planes Trabajar. Hasta quienes se benefician con esos planes están saturados.
-¿Está de acuerdo en eliminar los planes Trabajar?
-Le voy a decir algo que me confió un piquetero en General Mosconi: "Los planes Trabajar nos prostituyen, nos terminan prosituyendo, queremos salir de esa situación". Y yo coincido con eso, hay que buscar otra forma para atender la conflictividad y la exclusión social. Una de las formas es lograr un salario de inclusión social, no como un plan de empleo, sino como un derecho para todo ciudadano que no tenga ingresos suficientes.
-Es insólito que todavía no se hable de un seguro de desempleo.
-Es diferente. El seguro de desempleo es para los sectores más vinculados a la empleabilidad, que tienen posibilidades de acceder en el corto plazo al mercado laboral. El salario de inclusión es para quienes están inmersos en el drama de la pobreza y les resulta difícil volver al mercado laboral. Pueden acceder a la economía informal mediante salarios muy escasos. Acá se debe reforzar el ingreso familiar, por eso desarrollamos desde el Ministerio de Desarrollo Social el seguro infantil, como modo de salario para la familia. En el 2002 vamos a implementar un seguro de inclusión más ancho.
-En Salta hubo una gran revuelta, dos muertos, gendarmes heridos. Usted fue y dio la cara. ¿Y el resto del gobierno?
-Se sabía que en la zona se había producido un robo de armas importante y no se hizo nada. Eso contribuyó para que la situación se agrave. El conflicto comenzó por un pedido de incremento del salario por hora, formulado por los trabajadores de la construcción de un hospital de la zona. De repente aparecieron armas, muertos y heridos. En Salta ocurrió una tragedia, sin dudas.
-¿Cómo tomó en la intimidad la decisión de viajar a Salta? Su gesto parece marcar una clara diferenciación respecto a la postura del propio De la Rúa, quien parece ajeno al tema.
-No creo que marque una diferencia. En la última reunión de gabinete se habló de ayudar a descomprimir los conflictos. No tuve una contraindicación.
-Pero decidió ir por la suya...
-Yo soy un ministro, no decido por la mía... Tengo la responsabilidad de atender la situación social. La Iglesia me pidió que esté en Salta, pero esa sugerencia refuerza el rol que tiene que tener nuestro ministerio.
-¿Al gobierno le explotan las minas que dejó el menemismo?
-Sí. La gente está pagando las privatizaciones sin red social que llevó adelante el menemismo. No puedo decir que la situación en Salta esté superada, pero si que en Mosconi se recuperó el diálogo. En Mosconi no hay Estado, la gente no tiene dónde ir. Por eso reclamaban mi presencia, al menos para crear un ámbito de diálogo.



Los líderes piqueteros Pepino y Piquete con Cafiero.
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