Clide Gajate es la presidenta de la Federación de Bibliotecas Populares. También se desempeñó como bibliotecaria, presidió la Asociación entre 1986 y 1994. En un tiempo se desempeñó como bibliotecaria y actualmente forma parte también de la comisión de la biblioteca.
-Somos la biblioteca más antigua de la ciudad -dice, rotunda.
-¿Desde cuándo está vinculada a ella?
-Desde muy chica. Como lectora en un comienzo.
-¿Cuáles son las ideas que conciben en adelante?
-Microfilmar materiales. Es imperioso. En especial con el material más antiguo. Pero existe el límite económico. Tan sólo formalizar un proyecto tiene un costo inevitable. Además hemos ido preparando un reservorio cerrado con temperatura controlada, le faltan algunas cosas todavía. Piense que a esta biblioteca han venido muchas veces investigadores extranjeros a trabajar con el material histórico.
-¿Y en cuanto a la preservación en general?
-Nos preocupa enormemente y hacemos todo lo que está a nuestro alcance con los medios que disponemos. No olvide que somos una entidad privada, algo que quizás no se conozca muy bien. Estamos ubicados en una zona céntrica, donde la interacción con la gente es más distante de lo que sucede con las instituciones de los barrios.
-¿Cómo se sostienen?
-Con la ayuda de la Asociación, que se financia con cuotas de socias y de las alumnas. Una de las bibliotecarias forma parte de la planta docente de la escuela, cuya remuneración está a cargo del gobierno, porque la escuela es de tipo gratuito dado el valor de la cuota y cuenta con ese apoyo, pero hay dos bibliotecarias más y las porteras, de las que se hace cargo la Asociación.
-¿Cuál es el apoyo específico de la Conabip?
-Diez mil pesos anuales. Con eso hicimos la sala para los alumnos, y los anaqueles altos que se suspendieron en las paredes laterales, porque ya no tenemos espacio físico. Además nos envía libros. Otra parte de los libros los adquiere la Biblioteca con los exiguos ingresos de los socios.
-¿Qué cantidad de volúmenes poseen y qué disciplinas abarcan?
-Son alrededor de 35.000 libros. Por ser Biblioteca Popular, el carácter es variado, debe serlo, pero fue muy enriquecido con textos literarios e históricos. También tratamos de mantener actualizado el material de Rosario, tratamos de separarlo y estamos ingresando en una base de datos que se llama Aprender a la ciudad, que pertenece a Ciudades Educadoras, implementado por la Municipalidad y que cubre todos los aspectos. Entregan disquetes que permiten localizar el material que pueda solicitarse. Un proyecto similar había sido pensado por la Federación.
-¿Qué reflexión hace como bibliotecaria?
-De lectora a bibliotecaria preocupada -dice con la misma voz baja que usó en todo momento, consciente de que dialoga en el interior de la biblioteca-. Me gusta el ambiente de la biblioteca. Me gusta el servicio que presta. Me gusta ver al personal solícito, que se comprometa en auxiliar a los lectores. Por otra parte, me siento apoyada por la Asociación y por su presidenta, Ana Perrone de Martino. Esta es mi segunda casa.
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La Ciudad
