Año CXXXIV
 Nº 49.156
Rosario,
sábado  23 de
junio de 2001
Min 3º
Máx 15º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






"La ilegalidad del aborto es un genocidio de las mujeres pobres"

"La ilegalidad del aborto es un genocidio que en el país hace morir entre 400 y 700 mujeres pobres al año, porque el 100 por ciento de esos casos son de bajos recursos", dispara Mabel Gabarra, abogada de la organización no gubernamental Indeso Rosario. Su caracterización de las víctimas del aborto no es caprichosa. La propia directora del Programa de Procreación Responsable municipal, Elda Cerrano, coincide con la idea de que los casos que alcanzan estado público corresponden generalmente a mujeres de bajos recursos, que llegan a los hospitales para tratar las consecuencias de abortos practicados en malas condiciones.
Pero también es un secreto a voces que el aborto no es una práctica exclusiva de los contextos de pobreza. Por eso Gabarra cree que "es criminal seguir aceptando que esas muertes ocurran, porque las mujeres con recursos acuden a médicos y clínicas donde los abortos se hacen en excelentes condiciones, que es lo que debería ser accesible a todas las mujeres y no estar vedado y penado sólo para las pobres".
La abogada recuerda incluso una paradoja: que el argumento de la "defensa de la vida" para condenar y penalizar al aborto parece olvidar el hecho de que esos mismos abortos practicados en forma insegura e ilegal llevan a la muerte a una gran cantidad de mujeres.
Para la dirigente de Indeso, "quienes se oponen férreamente a un aborto seguro y legal siguen permitiendo la muerte de esas madres, pues está demostrado que en su gran mayoría ellas son jefas de hogar con varios hijos previos".
Desde la Municipalidad, Cerrano también es consciente de esa situación y aclara que la mayoría de los casos de aborto que llegan a los hospitales no corresponden al estereotipo de "mujer joven soltera", sino a "madre de varios hijos pobre".
Gabarra va más allá y señala el "agravante" de que aún hay muchos sectores, entre ellos la Iglesia Católica, que se pronuncian contra las leyes de procreación responsable. Y aporta sus pruebas: aunque la provincia ya aprobó una ley de salud reproductiva, "las influencias de la Iglesia sobre el gobierno hacen que aún no esté reglamentada, y una norma no reglamentada no se implementa".
Los cuadros de septisemia y hemorragias masivas por abortos mal practicados que suelen terminar en muertes maternas no siempre son producto de cirugías mal hechas por aborteras. En muchos casos, son las propias mujeres quienes intentan poner fin al embarazo con elementos punzantes (agujas de tejer y hasta cuchillos), sondas o yuyos, con gravísimas consecuencias para la salud y la fertilidad futura.


Notas relacionadas
Una joven interrumpió su embarazo gatillándose un disparo en el vientre
Cometió delito pero por la edad no irá a prisión
Diario La Capital todos los derechos reservados