La fiebre hemorrágica argentina (FHA), popularmente conocida como mal de los rastrojos, es una enfermedad viral grave, endémica en la Pampa Húmeda, que alcanza una tasa de mortalidad del 30 por ciento de los casos cuando no es tratada rápidamente, y que afecta principalmente a los trabajadores rurales. Desde 1958 existen datos oficiales sobre la enfermedad que llegan a dar cuenta de hasta tres mil casos anuales, una estadística que descendió hasta ubicarse en un promedio de 150 durante la última década, y que registra 139 notificaciones y 18 muertes en el último cómputo completo del 2000. La FHA está caracterizada por un síndrome febril con alteraciones hematológicas, neurológicas, cardiovasculares y renales que evoluciona hacia la curación o la muerte en dos semanas, y provoca, en los casos fatales, hemorragias internas masivas por vía nasal, oral, anal y urinaria. El agente etiológico que provoca la enfermedad se conoce como virus Junín, y su huésped natural es una variedad de roedor silvestre denominada "colomys musculinus", que construye sus nidos en los campos cultivados, entre las malezas, en las aguadas de los molinos y en las márgenes de ríos, arroyos y lagunas. Los roedores presentan infecciones crónicas no aparentes, con eliminación persistente del virus, que contagian a otros especímenes sanos y contaminan el medio ambiente a partir del cual el hombre se infecta accidentalmente. Según un folleto explicativo editado por el Ministerio de Salud de la Nación: "Desde 1991 comenzó a aplicarse una vacuna inocua, inmunogénica y eficaz en el 95,5 por ciento de los casos, que ya se ha administrado a más de 200 mil personas adultas en las zonas de mayor incidencia de la enfermedad". La Candid 1 es una vacuna huérfana, denominada así por actuar contra una enfermedad que se da únicamente en la Argentina -noroeste y centro bonaerenses, sur de Córdoba y Santa Fe y noreste de La Pampa-, por lo que su producción carece de interés y perspectivas de explotación comercial en el exterior. A raíz del perjuicio económico que la enfermedad causaba en la zona de mayor producción agrícola, un grupo de investigadores comisionados por el Ministerio de Salud se instaló, en 1965, con un laboratorio de virología de campo, en la ciudad bonaerense de Pergamino para estudiar a los pacientes infectados.
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