Los jefes de Estado y de gobierno de la UE acordaron suspender la cena de trabajo que tenían previsto realizar en un céntrico restaurante de Gotemburgo, a causa de los disturbios que empañaron la cumbre. Fuentes de las delegaciones indicaron que las fuerzas de seguridad recomendaron a los líderes no acercarse al centro de la ciudad por motivos de seguridad. Cuatro de las quince delegaciones representadas en la cumbre, ministros y jefes de gobierno incluidos, se vieron forzados a abandonar su hotel. La policía local no se veía en condiciones de garantizar su seguridad.
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