La derrota de Central hizo que la noche rosarina se transformara en un sitio dominado por la incertidumbre. Por un lado la bronca canalla. Y por el otro la alegría de los rojinegros, que salieron a la calle a festejar la eliminación del equipo auriazul. Y si bien hasta el cierre de esta edición no se habían registrado incidentes de gravedad, pequeñas escaramuzas que terminaron con vidrios rotos, algunas corridas y un herido de bala, trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), fueron el saldo de una noche donde se cruzaron la desazón auriazul y la algarabía leprosa. "Hasta ahora no hubo incidentes mayores. Esperemos que siga así", manifestaron desde el Comando Radioeléctrico cuando se le consultó al cierre de esta edición sobre los posibles incidentes pospartido. El incidente más grave ocurrió en Necochea y Pellegrini, donde se enfrentaron hinchas de ambos clubes. El saldo fue un herido de bala posteriormente trasladado al Heca. A su vez, un grupo de hinchas de Central rompió el vidrio de un bar ubicado en Sarmiento y Córdoba cuando regresaba de ver el partido que se emitió a través de pantallas gigantes en el parque España. También se produjeron algunas roturas de parabrisas de autos que estaban ubicados en ese zona. Los hinchas de Newell's salieron a festejar la eliminación canalla y esto produjo tensión y algunas corridas en la zona de Pellegrini y Laprida. Precisamente en esta esquina, un grupo de simpatizantes de Central arrojó piedras sobre el 5º piso de un edificio de las inmediaciones. Sin embargo, estos incidentes no pasaron a mayores. El festejo leproso tuvo todo su colorido cerca del Coloso del Parque. Allí sólo hubo lugar para las cargadas y la euforia, porque un grupo de más de 350 hinchas se reunió en Pellegrini y Ovidio Lagos para festejar con cánticos, banderas y bombas de estruendo la eliminación canalla.
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