La Cámara Penal de Rosario confirmó la condena al barrabrava Oscar Alberto Ferreyra como autor del incendio intencional que destruyó parcialmente la sede del club Rosario Central, hace siete años. Ferreyra, a quien todos conocen simplemente como Paquito, fue sentenciado a 4 años y medio de prisión en octubre de 1999, pero después la defensa apeló y lo que salió ahora es el fallo definitivo. Los jueces de la Cámara también ordenaron la detención de Ferreyra, quien en los últimos años entró y salió varias veces de prisión por distintas causas, aunque ahora estaba libre desde hace unas tres semanas (ver aparte). Con todo, apenas estará preso unos meses debido a que ya cumplió buena parte de la pena. El fallo también condena a dos mujeres, entre ellas la que acompañó a Ferreyra hasta la sede auriazul el día del atentado incendiario. Los jueces de la Cámara la consideraron partícipe secundaria de ese ataque y la sentenciaron a un año y ocho meses de prisión. Esa mujer es Sandra Noemí Ríos. La sede de Rosario Central se quemó parcialmente el mediodía del 2 de febrero de 1999. Las llamas causaron pánico entre los empleados que estaban trabajando en el edificio de Mitre al 800 y provocaron revuelo en el microcentro rosarino. Después se comprobó que el fuego había sido provocado intencionalmente por alguien que roció nafta en una oficina contigua a la presidencia del club y luego arrojó un fósforo. Segundos antes, los empleados del club habían visto a Paquito dentro del edificio, acompañado por una mujer. También notaron que en todo momento ambos tenían la actitud de ocultarse para evitar que los identificaran. Al desatarse el fuego, Ferreyra escapó a la carrera y uno de los empleados lo corrió un par de cuadras. Lo alcanzó en Sarmiento al 900, cuando el barrabrava se disponía a subir a un taxi, y lo entregó a la policía. Entonces, Ríos también fue arrestada y terminó convirtiéndose en una pieza central de la investigación porque ella misma incriminó a Paquito. Dijo que se encontró con él en Grandoli y bulevar Seguí, y que le ofreció "hacer un trabajito" a cambio de 300 pesos. Después pasaron por la casa de la madre de Ferreyra, donde él levantó un bolso, y finalmente tomaron un taxi hasta Mitre y Rioja. En el bolso había un bidón lleno de nafta. Más tarde Ríos cambió su declaración, pero para entonces ya era tarde. Además, otras pruebas incriminaron a Ferreyra: un par de pericias determinaron que en el bolso y una de las zapatillas de Paquito había restos de un hidrocarburo liviano de fácil combustión. Era nada más ni nada menos que la nafta que usó para provocar el incendio. Ferreyra siempre negó ser el autor del atentado y lo único que admitió es que esa tarde estuvo a pocas cuadras del escenario del hecho. "Yo iba caminando tranquilamente por el centro a esperar un colectivo cuando una persona me agarró por atrás y me acusó de haber incendiado la sede del club", declaró en el juicio. Por supuesto, nadie le creyó. En octubre de 1999, Paquito fue condenado por el juez Alberto González Rímini. Desde entonces estuvo varias veces detenido por distintas causas. Mientras tanto su abogado apeló: "No está probado que el incendio haya sido intencional, y mucho menos que Ferreyra sea el autor", argumentó en aquel momento el profesional, José Luis Abichain Suain. Pero ahora la Sala I de la Cámara Penal, integrada por Ernesto Pangia, Eduardo Sorrentino y Alberto Bernardini, confirmó todo y ordenó nuevamente su detención.
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