El ministro español de Relaciones Exteriores, Josep Piqué, dijo que, ante algunas reacciones sociales ocurridas en Argentina a raíz de la crisis de Aerolíneas Argentinas, el gobierno español está "preocupado por la aparición de sentimientos basados en un nacionalismo retrógrado y mal entendido". En el marco del boicot contra empresas españolas asentadas en Argentina, al que convocaron grupos sindicales para presionar a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi, de España), accionista mayoritario de Aerolíneas Argentinas, "se han producido ataques inmerecidos e injustos", consideró Piqué. El ministro manifestó que en el gobierno español se contempla "con dolor la aparición de un nacionalismo irracional y lamentable". Argentina y España "están unidos por sentimientos de solidaridad compartida", destacó. El funcionario del gobierno español también manifestó su "temor a que esto pueda afectar acuerdos de mayor alcance, que puedan rozar la relación preferente y estratégica" entre los dos países. En el marco del conflicto gremial en la compañía, el ala disidente de la Confederación General del Trabajo (CGT) convocó a un boicot contra las empresas de capital español asentadas en Argentina con el objetivo de que éstas se vean forzadas a presionar a la Sepi a que aporte otro tipo de solución al conflicto de la aerolínea. Piqué dijo que le "gustaría que se separe la buena experiencia de muchos años (de relaciones económicas españolas-argentinas) de lo que es la experiencia de una sola empresa y la reacción irresponsable de un sindicato que se niega a hacer lo que han hecho empresas de aerotransporte de todo el mundo". El funcionario español aseveró que "la Sepi no ha dejado de cumplir ni uno solo de los compromisos que asumió respecto de Aerolíneas Argentinas" y recalcó que "hay reglas de juego para hacer de una compañía una empresa competitiva. No se puede comprender que una empresa no quiera hacer lo que hicieron todas. Si no se adoptan las medidas ya señaladas, se corre el riesgo de quiebra. Aerolíneas no tiene por qué ser la excepción a un cambio en el mercado aéreo", agregó. Destacó que el gobierno de José María Aznar "es un gobierno que cree cada vez menos en la propiedad pública de empresas", y opinó que "sería un disparate dejar caer la empresa, sobre todo porque está en condiciones de ser puesta en orden y luego privatizada". Si bien reiteró que el conflicto de la aerolínea es un tema empresarial, consideró que "hay cosas que se podrían conversar con algunos ministerios. El de Economía, por ejemplo, porque Argentina no completó los aportes a los que se comprometió. O el de Trabajo, porque el compromiso con España suponía llegar a acuerdos con sindicatos que, sin embargo, no han alcanzado". Piqué reconoció que "a medida que pasa el tiempo la situación es más difícil" y remarcó que eso es así "también para el gobierno de España que ya no puede seguir explicando a los españoles por qué continúa poniendo dinero en una empresa que no funciona".
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