Teherán.- El presidente iraní, Mohammad Jatami, parecía encaminarse ayer a una abrumadora victoria electoral que lo ayudaría a impulsar reformas políticas y sociales bloqueadas por los dirigentes islámicos de línea dura. La firma encuestadora Zogby International pronosticó que Jatami recibirá 75% de los votos y su rival más cercano, el derechista ex ministro del Trabajo Ahmad Tavakoli, apenas el 11%. La agencia noticiosa oficial IRNA dijo que su propio sondeo dio a Jatami 74% y a Tavakoli 12%. IRNA pronosticó una participación de 83 por ciento, superior al 76 por ciento que votó en 1997, a pesar de que los presidentes que se postulan a un segundo período usualmente atraen menos votantes. Los otros candidatos, entre ellos un polémico ex jefe de espías acusado de participar en asesinatos de disidentes, un almirante, un médico, un abogado y el director de una universidad, recibirían porcentajes de una sola cifra.
El actual mandatario, quien introdujo reformas políticas y sociales sin precedente en la república islámica, necesitaba una alta participación para poder terminar su trabajo. Jatami propone una "democracia islámica" con varios derechos, menos restricciones sociales y mejores relaciones con Occidente. Los conservadores han reaccionado duramente contra los cambios que amenazan erosionar su enorme influencia sobre prácticamente cualquier aspecto de la vida. "Todos deben buscar la independencia, la libertad y el progreso con base en la cultura de Irán y en la identidad islámica", dijo Jatami, luego de votar.
La presión de los conservadores
Pero no está claro cuán lejos y rápido puede Jatami integrar los conceptos de apertura en una nación construida sobre los valores de una revolución islámica. Para los reformistas, el resultado de las elecciones es crucial. Varios activistas prominentes están en la cárcel y decenas de publicaciones han sido prohibidas. "Todo se refiere al poder y a su origen, el clero o la gente", dijo un analista político, Mohammad Hadi Semati.
Desde los concurridos barrios de Teherán hasta las casas aisladas en la montaña, más de 45.000 casillas electorales fueron instaladas para los 42,1 millones de iraníes, que pueden votar a partir de los 16 años. Varios helicópteros llevaron las urnas electorales a las comunidades más remotas. Ciertas casillas fueron levantadas en algunas zonas del desierto o incluso en los cementerios, para quienes participan en el ritual del viernes y visitan las tumbas familiares. El sistema fue el mismo en todo el país. Tras esperar en líneas separadas para hombres y mujeres, los votantes deslizaron una papeleta en cajas blancas, tras escribir el nombre de Jatami o de alguno de sus nueve contendientes. Los votos fueron también emitidos por los iraníes que viven en otros países.
Las autoridades vaticinaron una asistencia a las urnas de 70%, mucho mayor que el 50% registrado hace ocho años.
Había líneas formadas en el exterior de las mezquitas que servían de colegios electorales en los suburbios ricos del norte de Teherán y muchos ancianos decían que deseaban votar temprano para eludir el calor más tarde en el día. Surgieron también discusiones entre mujeres vestidas en las túnicas negras islámicas que querían líneas separadas para hombres y mujeres, y otras mujeres vestidas en atuendos menos conservadores.
El ministerio del Interior alargó el horario de votación en dos horas, e incluso se espera que este margen sea ampliado hasta altas horas de la noche. Se espera que los primeros resultados sean hechos públicos hoy. Los finales podrán conocerse mañana, anunció el ministerio del Interior.
Referendo reformista
Los candidatos deberán obtener el 50% más uno de los votos para ganar automáticamente y evitar una segunda vuelta electoral. Los aliados de Jatami han tratado de presentar la elección como un nuevo referendo sobre reformas, que se han estancado debido a la feroz resistencia de las poderosas fuerzas conservadoras. "Si el voto por Jatami es alto a pesar de todas las dificultades de los últimos dos o tres años, eso quiere decir que la gente desea seguirlo. Presiones de la población y su masivo apoyo pueden cambiar las cosas en los próximos seis meses", dijo el legislador Mohsen Mirdamadi.
Los conservadores han cerrado periódicos pro-reformistas, arrestado a decenas de disidentes políticos, clérigos liberales y periodistas, y utilizado sus poderes en cuerpos no elegidos para bloquear leyes reformistas.