En un episodio que el gobierno vinculó con "la interna policial", un petardo fue arrojado ayer por desconocidos en un jardín maternal del centro de la ciudad de Mendoza, donde generó un pequeño incendio que causó un comprensible pánico entre las maestras del establecimiento. El gobernador Roberto Iglesias dijo que sospecha de los "inadaptados de siempre" y culpó "a los que están en contra de la reforma policial y a favor de políticas de mano dura".
Este fue el tercer episodio de estas características ocurrido en las últimas 72 horas en la provincia -los anteriores ocurrieron en el propio Ministerio de Seguridad y Justicia y en un ómnibus con pasajeros- y desde el gobierno ya no se oculta que la intención es generar miedo en la ciudadanía en el marco de una "interna policial".
Por ese motivo, ayer a la tarde intelectuales y profesionales mendocinos se reunieron con el Ministerio de Seguridad para brindarle su respaldo y de forma elíptica cuestionar a los sectores policiales que aparecen como instigadores del atentado.
Durante la madrugada de ayer, en un episodio vinculado a la jornada de protesta y el conflicto de Aerolíneas Argentinas, una molotov explotó frente a la puerta principal de Telefónica en Mendoza.
El atentado contra el jardín de infantes que pertenece a la Iglesia Evangélica tuvo lugar en el local Crecer, ubicado en España 1871, donde desde un automóvil a gran velocidad se arrojó un petardo que estalló frente al edificio.
En el interior del establecimiento había una maestra y "unos diez" chicos, ninguno de los cuales sufrió heridas.
En principio, la policía informó que se había lanzado una bomba molotov contra el jardín, pero posteriormente aclaró que se trataba de un petardo de burda fabricación.
El gobierno mendocino aseveró que el ataque "es obra de gente que quiere volver para atrás en los cambios que estamos llevando a cabo", y descartó cualquier responsabilidad de los gremialistas que adhieren al paro convocado por la CGT disidente.
Bomba en un ómnibus
El miércoles último por la noche una bomba fue hallada dentro de un colectivo de transporte urbano. La presencia de la bomba fue advertida por una llamada telefónica anónima que precisó que se encontraba en un coche de la línea 100, con recorrido entre Mendoza y la localidad de Godoy Cruz, y brindó, incluso, el número de interno donde se encontraba, entre otros detalles.
La policía detectó poco después al rodado, que se encontraba realizando su recorrido normal con pasajeros a bordo, e hizo descender a sus ocupantes. Bomberos y efectivos de la Brigada de Explosivos de la policía retiró el artefacto, que contenía 500 gramos de gelamón y lo hizo estallar bajo normas de seguridad en un descampado del barrio Bancario de Godoy Cruz.
El martes pasado la policía debió seguir un procedimiento similar con un artefacto que había sido dejado en la sede del Ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia. Fuentes policiales dijeron que la aparición de estos explosivos tendrían que ver con una renacida interna en la fuerza policial a raíz del avance de la reforma de esa institución que encara el gobierno.
"Locos y delirantes"
Poco antes de las 11.30 de ayer se hicieron presentes en el jardín de infantes atacado el ministro Orquin y su par de Gobierno, Juan Carlos Jaliff. Orquin señaló que se trató de "intimidaciones propias de locos, delirantes, que no están en contra mío porque yo no soy nadie, sino de la política del gobierno provincial. Esto es un acto criminal contra niños, a estos canallas los vamos a encontrar", advirtió.
El hecho originó la desesperación de las madres de los pocos chicos que había en el establecimiento, que se acercaron al lugar para verificar que sus hijos estaban sanos y salvos.
Después de que el petardo cayera en la puerta de entrada, se produjo un incendio en la cartelera de telgopor, que fue sofocado rápidamente.
La próxima semana, el gobierno de la provincia presentará ante el Consejo de Seguridad Interior su propia política de seguridad.
El plan incorpora políticas participativas de prevención, se opone a las consignas de mano dura, sostiene la necesidad de que el tema sea abordado como una "política de Estado" y manifiesta la importancia de reformar las estructuras policiales.