Alvaro Torriglia
El corredor frutihortícola rosarino podrá contar en un plazo de aproximadamente dos años con un sello de calidad e identificación regional si se cumple uno de los principales objetivos del programa para el sector que lanzó esta semana la Secretaría de Producción de la Municipalidad. En el centro cultural Bernardino Rivadavia, el secretario de Producción, Angel Elías, anunció la puesta en marcha del Programa Frutihortícola de Rosario, que apunta a reunir el esfuerzo de productores, comerciantes, organismos tecnológicos, universidades y distintos niveles de la administración pública, para avanzar en la reconversión de un sector golpeado por la crisis económica, la sobreproducción y la falta de mercados. Gustavo Prince, coordinador del programa, recordó que el Plan Estratégico de Rosario (PER) identifica a la frutihorticultura como uno de los sectores de gran importancia para el desarrollo regional. En ese marco, por una ordenanza de 1999 se encomendó a la Secretaría de Producción armar un programa, que este año fue aprobado por la comisión que administra el Fondo de Emprendimientos Productivos (FEP). La primera etapa del trabajo es la convocatoria a entidades y organismos públicos y privados. La Municipalidad interactuará, así, con los sectores que participan en el Proyecto Frutihortícola Rosario, que reúne entre otros a la Facultad de Ciencias Agrarias, el Inta y el Magic, y que desde hace cinco años viene desarrollando investigaciones, ensayos y estrategias para el sector. En base a trabajos propios y del Proyecto Frutihortícola, el programa lanzado por la Municipalidad partió de un relevamiento de las potencialidades y necesidades del sector. En el corredor que involucra a los departamentos San Lorenzo, Rosario y Villa Constitución, existen 250 emprendimientos productivos que ocupan una superficie de 5 mil hectáreas y emplean a unas 8 mil personas. Las ventajas agroecológicas para la producción y la proximidad a un mercado de 1.800.000 habitantes potencian las posibilidades de la actividad que, no obstante, se debate en una permanente crisis. Poca capacidad de cambio tecnológico por problemas económicos, baja productividad y calidad, problemas sanitarios, desorganización en el sistema de comercialización, falta de información de precios y volúmenes comercializados, baja capacidad de procesamiento, y sobreproducción, son algunos de los puntos críticos del diagnóstico. En forma paralela a la concentración de grandes actores como la cadena de comercialización minorista, se produjo un importante proceso de atomización de los canales comerciales, en los últimos años, a través de la venta directa por parte de productores que no concurren a los mercados de concentración. Subsiste, a su vez, una falencia en la normalización de productos, ante la ausencia de normas claras de clasificación de cada uno de los productos por calidad y sanidad. La falta de un sistema de información de precios y volúmenes conspira además contra la transparencia del mercado. Entre las acciones que el programa Frutihortícola prevé llevar adelante para avanzar en la reconversión se incluyen la formulación de un plan de manejo de fitosanitarios, la organización de productores para el empaque y el ajuste en el proceso de poscosecha para aprovechar los excedentes. En lo que refiere a la comercialización, se apunta a la tipificación, reconversión del rol de los mercados, centros de información y control de calidad de los productos. Otro de los objetivos es trabajar sobre la demanda. En Argentina se consumen 270 kilos por año frente a los 362 kilos que se consumen en Europa. En ese sentido, el programa propone comprometer a los actores del corredor frutihortícola en la promoción de sus productos a través de acciones de educación y concientización sobre sus cualidades alimenticias. Además de poner recursos del FEP a disposición de proyectos que apunten a reconvertir el sector, la Municipalidad, en conjunto con los organismos que vienen trabajando en el tema, apuntará a trabajar en el asociativismo y la normativización de la producción y la comercialización. Prince explicó que uno de los ejes de trabajo inmediato será el trabajo con el comercio minorista para "cambiar la imagen de la verdulería como un negocio de crisis por el de una empresa estratégica que puede asesorar a los consumidores sobre las ventajas de las frutas y verduras de calidad". Entre otras cosas, se comenzará a trabajar con un protocolo de ventas que "identifique a Rosario como una ciudad con alta calidad en la producción de verduras". En colaboración con el Instituto del Alimento de la Municipalidad (Inal) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) se comenzó a trabajar en las primeras líneas para definir las pautas de un programa a largo plazo que permita certificar un sello de calidad y una marca de identificación regional.
| Ocho mil personas viven del sector en Rosario y su zona. | | Ampliar Foto | | |
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