Mario Candioti
Toluca (enviado especial). _ Los goles que marcó ante América de Cali no se le borrarán jamás. Los tipos experimentados como él los gozan de otra manera. El primero fue sin festejo, el segundo fue el summum. Ese abrazo con el Patón, todo un símbolo, y el delirio de todo el plantel es una imagen que quedó sellada a fuego. Y hoy la historia aparece tan diferente, como si Juan Antonio Pizzi recordara viejos tiempos, pero nunca ante una oportunidad tan fuerte, como esta de la Copa. _Hace un tiempo, aunque por una situación muy particular, hasta pensaste en abandonar el fútbol. Hoy el panorama parece otro. Hoy por tu cabeza quizás pase la idea de llegar un poco más lejos con este equipo. _Por suerte lo aclaraste bien. La situación que me hizo pensar sobre mi continuidad en el fútbol se dio por una situación muy particular referida a mi contrato que me llevó a plantearme muchas dudas y no hubiera sido agradable para mí haber tenido que tomar una decisión extrema como esa. Quitando esa situación desagradable, pretendo seguir jugando mientras me sienta bien. Hoy por hoy me siento cómodo, con ganas de seguir jugando y hasta que sienta ganas lo voy a seguir haciendo, independientemente de la edad que tenga. A nivel colectivo creo que, como todos, uno tiene la ilusión de ir pasando etapas y que esta se dio de una manera especial. Me parece que tenemos posibilidades reales de legar al último partido. Pero esa chance pasa por concentrarnos por pasar el próximo partido. _Cuando un grupo está unido fuera de la cancha, cuando es solidario, ¿puede suplantar con esos atributos dentro de una cancha algunos aspectos futbolísticos? _Sí, sin lugar a dudas. Si bien es difícil hacer una evaluación del partido que jugamos en Cali, creo que no jugamos bien. A pesar de nuestra fe y nuestra voluntad en intentar descontar, fue algo muy anormal. Pero volviendo a tu pregunta creo que con motivación y concentración se remedian muchas fallas que cometemos. _¿Es innata esa postura tuya de gritarles a tus compañeros, ordenarlos y hacer gestos dentro de la cancha como si fueras el propio técnico? _Sí, es innata. Siempre jugué así. Lógicamente que al tener una edad más avanzada cualquier cosa que yo haga tendrá otra repercusión en mis compañeros y en el entorno de una forma diferente a la que lo podría hacer un chico de 23 o 24 años. _¿Qué muestra Central futbolísticamente que lo convirtió en semifinalista de la Libertadores? _El punto positivo de este equipo pasa básicamente por tener la pelota. Cuando no la conseguimos o la dividimos, perdemos muchísimo porque somos un equipo que, por sistema o por característica de los jugadores, siempre proponemos mirar enfrente y no mirar nuestro arco. Un poco porque nos gusta más y otro porque no sabemos defendernos. Por el lado contrario, cuando nos quitan la posesión somos un equipo muy vulnerable. _Se habló de la gran presión que hubo en el Pascual Guerrero, y también se comenta de un estadio Azteca con 120 mil personas. Con tu experiencia, ¿hasta qué punto ese aspecto se convierte en un factor condicionante para un futbolista? _No es determinante, pero sí es importante. Si estás en un partido con 50 mil personas y a los 6 minutos perdés 2 a 0 es muy común que se achaque a la presión y al entorno el resultado. Y ese mismo partido tal vez lo jugás ante tres mil personas y a los 6 minutos también perdés 2 a 0. _¿Te duele pensar que tal vez este grupo, que parece funcionar muy bien, en poco tiempo se va a desarmar? _No, es una regla del fútbol. A todos nos cuesta desprenderse cuando hay grupos tan compactos. Lo normal va a ser que el año que viene, por uno u otro motivo, muchos de los jugadores que integren este equipo no estén. _¿Y si fueras vos uno de esos? _No, es imposible. Hoy por hoy es definitivo.
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