"Estaba adentro de la carpa cuando escuché el llamado de la policía. Nos pedían que desalojáramos, pero no nos dieron tiempo. Empezaron a patear todas las cosas. Llegaron a quemar una carpa donde dormían tres chicos. Nos llevaron todo, nos rompieron todo. Yo empecé a correr y me agarraron. Me llevaron detenida a la comisaría 6ª. Nos metieron en el baño y nos desnudaron y nos dejaron así durante quince minutos".
El relato sonó ayer reiteradamente en el patio de la parroquia Mensajeros de Jesús, una casucha de bloques y chapa que se levanta en el medio de Villa Banana. La protagonista de esta historia fue una de las 50 personas que, a las 3 de la madrugada, fueron retiradas por la fuerza pública del corte que mantenían desde las 10 de la mañana en avenida Perón y Felipe Moré en reclamo de planes de trabajo.
El operativo dejó como saldo la detención de seis personas. Y los vecinos volvieron a reunirse ayer para denunciar el "abuso en que incurrieron" las fuerzas de seguridad. "No fueron justos, nos íbamos a ir. Esa fue siempre la consigna, pero no nos dieron tiempo", se quejaron.
Sin embargo, el subinterventor de la Unidad Regional II, Víctor Sarnaglia, desmintió rotundamente estas versiones. "La policía no hizo un uso de la fuerza desmedido. Yo estuve ahí y si hay algo de lo que me ocupé personalmente fue de eso", afirmó. Y para justificar sus palabras disparó una pregunta: "¿Cuántas personas lesionadas hay?", a la par que ofreció el video del operativo que se presentó ante la Justicia.
"Entendemos el problema que tiene la gente, pero también es cierto que quienes trabajan y usan el transporte se ven afectados. Nosotros no hacemos más que cumplir la ley. Y la ley dice que los cortes de calles no se pueden permitir", explicó Sarnaglia.
Desde las 10 de anteayer, vecinos de Villa Banana, San Francisquito y Bella Vista apoyados por nueve comunidades cristianas de la zona se congregaron frente a las puertas del Centro Municipal de Distrito Oeste, Felipe Moré. Allí, como una forma de hacer oír sus reclamos, interrumpieron el tránsito de vehículos. El recorte de planes de trabajo y la falta de participación de las organizaciones comunitarias en la elaboración de los planes de asistencia fueron sus banderas.
Según los manifestantes, todo se desarrollaba pacíficamente "hasta que la Policía comenzó a provocarnos", aseguraban a coro. "A las 9 de la noche pasó un móvil del comando, cortó la cinta que nosotros habíamos puesto sobre la calle y sacando una Itaka por la ventana nos gritaron: «Poco les queda», y se nos rieron en la cara", recordó una de las protagonistas del piquete, temerosa de dar a conocer su identidad.
Y si la versión de los vecinos es cierta, la advertencia no era en vano. A las 3 de la madrugada los efectivos leyeron la disposición del juez correccional Julio César García y procedieron al despeje de la avenida.
Testimonios enfrentados
De aquí en más, los testimonios se enfrentan. "Se obró dentro de la ley. Seguimos todos los pasos, nos acercamos a hablar con ellos. Después se les avisó dos veces por los megáfonos que la policía iba a actuar si no deponían su actitud", aseguró el subinterventor de la Unidad Regional II.
Pero los vecinos tienen otra versión: "Ni bien dijeron «despejen la calle», avanzaron, eran millones, tiraron tantos gases lacrimógenos que no se veía nada. Comenzaron a disparar tiros al aire y a corrernos y a forcejear para llevarnos detenidos. Nos quemaron las carpas y hasta llegaron a encender una donde dormían tres chicos de 3, 6 y 12 años", dijeron.
"No hay ninguna carpa quemada. Todos los elementos que allí estaban fueron secuestrados y llevados a la seccional 6ª, primero como elementos de prueba y segundo para preservarlos porque la gente, salvo los detenidos, escapó", indicó Sarnaglia.