La baja a último momento de su segundo jugador, Patrick Rafter, no fue obstáculo para que Australia consiguiera el triunfo en la Copa del Mundo de tenis por equipos, en cuya final superó por 2 a 1 a Rusia.
Rafter, con un problema en el brazo derecho, dejó su puesto a Scott Draper, un jugador con pocos partidos en los últimos años desde la muerte de su esposa, que estuvo flojo en el individual ante Kafelnikov pero brillantísimo en el doble que dio el triunfo final a los australianos.
En el primer individual, el australiano Lleyton Hewitt venció al ruso Marat Safin por 6/3 y 6/4. Después, el sustituto de Rafter, Draper, cayó ante Yevgeni Kafelnikov por 6/2 y 6/4. En el doble definitivo, Draper y Wayne Arthurs superaron por 7/6 (7/5), 1/6 y 6/4 al dúo ruso compuesto, por Kafelnikov y Safin.
Los encuentros individuales ofrecieron signos bien distintos. De salida, Hewitt impuso sus golpes cargados de intención a los durísimos golpes de Safin, que dio un buen ejemplo de por qué, pese a sus condiciones y su clase, no termina de convertirse en el primer jugador mundial. En cuanto Hewitt lo hizo correr en dos ocasiones y le mantuvo la intensidad de los golpes, el ruso empezó a ofuscarse progresivamente hasta regalar el partido.
Hewitt dio una demostración resumida de las condiciones que lo convierten en el primer australiano con opciones reales de conseguir un resultado relevante en Roland Garros desde los años sesenta.
Luego llegó el turno de Kafelnikov y Draper. Este jugador australiano tiene una tremenda historia personal: su mujer falleció de fibrosis quística en julio de 1999, cuando él atravesaba el mejor momento de su carrera y estaba entre los cincuenta primeros jugadores del mundo. Desde entonces, apenas disputó algunos partidos y este año está intentando volver.
En lo que va de la temporada, Draper disputó apenas cinco encuentros y sólo ganó dos. Poca cosa para Kafelnikov, que jugó evidentemente a media máquina y consiguió un triunfo sencillo.
Apareció en el dobles
Sin embargo, el australiano revivió en el disputadísimo partido de dobles, en el que se confirmó una vez más que la suma de calidades individuales no supone una pareja de mayor entidad. Draper y Arthurs son jugadores infinitamente inferiores a Safin y Kafelnikov, pero con conjunción e inteligencia sacaron adelante un partido muy complicado.
Tras un primer set igualado, resuelto recién en el tie break, y un segundo en el que los rusos arrollaron a sus oponentes con un 6/1, el tercero caminó con estricto respeto de los servicios hasta el décimo juego. Sirvió Kafelnikov y un par de devoluciones brillantes de los australianos terminaron en un match point que fue aprovechado inmediatamente.
La Ciudad
