Un grupo de reclusos intentó escaparse la madrugada de ayer ade la alcaidía de la ex Jefatura de Policía. Los presos cortaron los barrotes de dos celdas y planeaban ganar la escalera descolgándose a través de una escalera. El hecho derivó en una violenta refriega entre presos y policías, que dejó como consecuencia un agente lesionado y 14 presos heridos.
Según informó el comisario inspector Víctor Sarnaglia, subinterventor de la Unidad Regional II, todo se inició cerca de las 3 en la alcaidía mayor, ubicada en San Lorenzo y Dorrego, cuando los efectivos del destacamento 22 escucharon ruidos que provenían del piso superior. Entonces acudieron al lugar dos suboficiales, el sargento Geunasis y el cabo primero José Liberto.
Cuando los policías llegaron a la puerta de emergencia que conecta a la zona conocida como El Torreón, en el piso superior, Liberto sólo alcanzó a abrir la puerta "ayudado con una linterna porque el lugar es muy oscuro" ya que "un empujón" que recibió de uno de los internos lo desplomó al suelo y lo hizo rodar escalera abajo. A pesar de la violenta caída, Liberto sólo sufrió escoriaciones y la luxación de su codo derecho.
Geunasis atinó a auxiliar a su compañero y a disparar balas de goma cuando divisó en medio de la oscuridad la silueta de unos treinta reclusos que se abalanzaban sobre los policías para intentar escapar. Los proyectiles dispersaron a los presos que corrieron en dirección a las celdas.
Mientras esto ocurría, ya habían sido alertados efectivos del Comando Radioeléctrico, del Cuerpo Guardia de Infantería y de la comisaría 3ª. Según se indico, cuando los uniformados ingresaron, en el penal los presos ya habían cortado las grampas de los candados de los pabellones B1 y B2 y limado los barrotes del primero. Pero enseguida se desató una batalla campal.
Los reclusos, según una fuente policial, atacaron con chuzas y trozos de hierro a los policías y comenzó una lucha cuerpo a cuerpo, en la que los agentes respondían con sus baritones mientras los reclusos de los pabellones participaban de la gresca.
Al mismo tiempo, en el lapso de pocos minutos, otros efectivos de las fuerzas de calle mencionadas rodeaban las cuatro manzanas del edificio de la ex Jefatura "en forma de dos anillos" para frustrar una posible fuga. Un rato después, un grupo de policías ingresó a los calabozos para realizar una requisa y constatar que ningún recluso se hubiera fugado.
A raíz de la refriega, cuatro presos resultaron heridos con balas de gomas y otros diez sufrieron traumatismos y contusiones. Una fuente policial sostuvo que los agentes hallaron "nueve sábanas de una plaza anudadas como una soga de diez metros de largo" por lo que se presume que los reclusos planeaban escaparse descolgándose a través de los techos.
La policía también encontró en la requisa cuatro chuzas, dos trozos de sierra de diez centímetros de hoja, un trozo de hierro de 35 centímetros de largo, otro del mismo metal con la punta en forma de barreta y un pedazo de hierro de 40 centímetros de largo.
Con una sierra
El comisario Sarnaglia indicó que los reclusos cortaron los barrotes y los candados "con una sierra de alambre que recibe un tratamiento de acero, que corta hierro y ladrillo". El oficial consultado señaló que los reclusos, que todavía no fueron identificados, recibirán una doble sanción, como lo establece el reglamento del Servicio Penitenciario provincial: se les abrirá una causa penal por tentativa de fuga y además el episodio será tenido en cuenta en la calificación de la conducta que tienen en el penal.
Por otra parte, Sarnaglia indicó que cuando ocurrió el suceso había 91 presos alojados en los celdas de la alcaidía y recordó que hasta anoche en los penales de la Unidad Regional II había 1.091 detenidos.
Además, el jefe policial anunció que ya está construida la alcaidía que funcionará en la Jefatura de la Unidad Regional II, aunque todavía falta la habilitación de la Dirección Provincial de Construcciones y Equipamiento Social. En un galpón remodelado, el gobierno provincial planea alojar a los detenidos de la alcaidía.
La Ciudad
