Con frecuencia la población se entera de casos de violencia y agresión ocurridos en las escuelas, no solamente en Rosario, sino también en Capital Federal y otras provincias. Este tema provoca preocupación en padres y docentes. Más allá de la noticia, esta temática merece un análisis y pensar respuestas urgentes. ¿Podemos hablar de una violencia escolar, con lo cual se calificaría a la violencia; o la violencia se expresa en la escuela como uno de los tantos espacios de desarrollo de la interacción humana?
De cualquier manera estamos hablando de las distintas formas de atravesamiento de la violencia en la vida de relación de las personas: espacios públicos como la calle (inseguridad, robos, muertes, transgresión de las normas de tránsito, entre otros), las instituciones (maltratos de diversa índole, falta de respeto de los derechos, etcétera).
Por lo tanto la escuela no es una burbuja y allí también encontramos todas las formas de violencia que padecen las interacciones sociales. Entonces, cuando hablamos de la violencia "escolar" estamos haciendo referencia a lo que sucede dentro de la institución educativa.
Creencias distorsionadas
Como educadores podemos comunicar y enseñar la violencia. Esta se aprende. Forma parte de nuestras matrices de aprendizaje y se sustenta en sistemas de creencias, distorsionados, por supuesto, pero que la mantienen.
¿Cuándo ejercemos violencia sobre un niño? Cuando le imponemos tareas que no puede realizar y ni siquiera nos detenemos a pensar si puede o no hacerlo; cuando no se tienen en cuenta las dificultades; cuando lo juzgamos delante de toda la clase y cuando lo descalificamos (sea en forma verbal, explícita, "es tonto", "es vago", etcétera). También maltratamos al niño cuando es sometido a burlas; cuando se lo expone y no se lo protege; cuando no se tienen en cuenta sus necesidades; cuando no puede expresar lo que piensa o lo que siente por temor a la censura o miedo; cuando no se le provee de la ayuda que necesita... y podríamos seguir con una larga lista.
El análisis e interpretación de la violencia desde una perspectiva ecológica nos da mayor información debido a que el hecho educativo no puede separarse del contexto global, y al emerger en la trama interaccional del aula y la institución en su conjunto, permite una mejor comprensión de la disfuncionalidad en la trama educativa.
Peleas en los recreos
En 1998 la Fundación Poder Ciudadano realizó una encuesta a un centenar de directores de instituciones educativas de todos los niveles de enseñanza, públicos y privados del Gran Buenos Aires. Según se desprende de la lectura del informe el 84,7% de los encuestados opinó que se ha producido un aumento general de la violencia en sus establecimientos respecto del ciclo lectivo del año anterior. El 78% afirmó que se incrementó el número de episodios violentos protagonizados por alumnos. Entre los hechos que se consignaron figuran estudiantes que concurren a las escuelas portando armas; se suceden peleas en los recreos; venta de marihuana en los baños y frecuentes agresiones a los profesores. Todos estos hechos son noticia en los últimos días.
Pero Argentina no es el único país donde se manifiesta, sino que es una preocupación a nivel internacional. En marzo de este año se realizó en París el "Primer foro mundial sobre violencia escolar y cómo combatirla". Se dieron cita unos 400 especialistas de 26 países, entre ellos España, Brasil, Argentina, Chile y México. Fue celebrado en la sede de la Unesco y organizado por el Observatorio Europeo de la Violencia Escolar. El sociólogo Eric Debarbieux abrió el debate expresando que "estamos ante una globalización de la inseguridad y la violencia, que muestra el fracaso de los actuales sistemas educativos".
Para Debarbieux, es "evidente" que hay "una sociología de la violencia que oculta la de la exclusión", ya que los centros de barrios marginales suelen sufrir más el problema.
El sociólogo francés indicó que, sin embargo, algunas experiencias en barrios problemáticos neoyorquinos como Harlem o el sur del Bronx muestran que es posible hacer frente al fracaso y la violencia escolar si los padres, incluso en las zonas más marginales, se implican en la formación de sus hijos. Debarbieux señaló que los grandes planes nacionales contra la violencia escolar "no sirven de nada" si no van acompañados de iniciativas locales para favorecer la integración de la escuela en el barrio y en la ciudad.
Existe en toda Europa una importante preocupación tendiente a analizar las raíces de la violencia en las instituciones escolares y elaborar instrumentos pedagógicos para la realización de actividades orientadas a la prevención y resolución de conflictos en el aula.
Si bien el tratamiento de conflictos desde la instrumentación de estrategias pedagógicas no es la única solución ante la emergencia de la violencia en la escuela, la adquisición de habilidades para el diálogo forma parte de una pedagogía de la prevención.
Es necesario explorar el tema de la violencia utilizando la reflexión del alumno sobre:
* Qué es la violencia.
* Cuáles son las causas posibles que hace que las personas agredan a otras.
* Cómo se siente la persona cuando agrede o es agredida.
* Qué lleva a la naturalización y aceptación en nuestra sociedad.
* Cuáles son los efectos.
* Qué podemos hacer para ser menos violentos.
* Qué dilemas y problemas morales enfrentamos ante las manifestaciones de violencia.
Oportunidad para aprender
Es preciso desarrollar propuestas de intervención tendientes a implementar la enseñanza de las estrategias de resolución de conflictos entendiendo la conflictividad como una oportunidad para el aprendizaje de habilidades sociales, que privilegian el diálogo, la tolerancia y la aceptación de las diferencias. La educación socioafectiva y la resolución de conflictos junto con la práctica de la mediación escolar y el aprendizaje de las habilidades para el manejo de los conflictos constituyen las herramientas para el cambio de una cultura de la violencia.
Desde el punto de vista de la psicología organizacional, en la actualidad existe un interés particular en el modelo de las organizaciones inteligentes, basadas en la capacidad de aprendizaje permanente, la distribución del poder y el aumento de la autodisciplina, el pensamiento sistémico, el mejoramiento de la comunicación y la motivación, entre otros de los aspectos a desarrollar. Por lo tanto hoy más que nunca tenemos las herramientas teórico-técnicas para producir cambios en el comportamiento social, reemplazando un modelo controversial por un modelo consensual de resolución de conflictos.
El modelo consensual, que algunos teóricos llaman la "ideología de la armonía" permite el desarrollo de un proceso de pensamiento con pautas de reflexión y valoración, en el cual el sentimiento ocupa un lugar destacado. Estos aprendizajes se asocian con el desarrollo de la inteligencia emocional. Será también una oportunidad costruir, desde la práctica, modelos de educación inclusiva en donde se haga realidad la existencia de una escuela más justa, solidaria y plural.
(*) Licenciada en fonoaudiología
(**) Psicóloga