Dos chicos de 9 y 13 años, de la localidad bonaerense de Don Torcuato, que estaban desaparecidos desde febrero pasado, fueron hallados sanos y salvos en la playa brasileña de Copacabana, y la policía detuvo al hombre acusado de sustraerlos. La clave para localizar a los menores Daniel Guerreño -de 9 años-, Gustavo Cabrera -de 13-, y a Pedro Pires, el hombre acusado de sustraerlos, fue la declaración de dos argentinos que estuvieron como turistas y a la vuelta al país reconocieron las fotos que fueron difundidas por la prensa.
Entre los detalles sobre el caso, trascendió que uno de los testigos, quien conoció a Pires en una agencia de turismo, declaró ante John Broyad y Jorge García -los fiscales de Tigre- que narcotraficantes de una favela le ofrecieron a Pires que los chicos trabajaran como correos de droga, y el hombre se negó.
Tras ser localizados por personal de Interpol Argentina e Interpol Brasil, los niños quedaron alojados en un establecimiento para menores de Brasil y se tramita su extradición. "También se tramita la extradición del detenido que está acusado de la sustracción de los menores", dijeron fuentes judiciales, quienes indicaron que el delito de sustracción de menores prevé penas de 5 a 15 años de prisión y no es excarcelable.
El abogado Roberto Damboriana, representante legal de los padres de los pequeños confirmó ayer que "los chicos fueron encontrados entre el sábado y el domingo", y que en este momento están a la espera de que sean traídos al país.
De acuerdo con Damboriana, "en Copacabana, Pires trabajó en una agencia de turismo, y uno de los chicos repartió panfletos allí". La orden de detención de Pires fue emitida por la jueza de garantías de San Isidro Marcela Delanghe, tras la investigación de los fiscales de Tigre. En el caso de los niños, la magistrada ordenó su restitución y preservación.
Una vez que se los remita a Buenos Aires, los chicos quedarán a disposición del juez de menores Néstor Cámere, quien deberá decidir sobre su destino.
Según las fuentes, con datos aportados por los turistas argentinos, Interpol Argentina llegó a Río de Janeiro con las fotos de los pequeños y datos del hombre acusados de sustraerlos. "Los datos que aportaron los testigos fueron contundentes y el personal de Interpol llegó a Brasil con pruebas precisas", agregaron.
Insólito encuentro
Uno de los chicos, el mayor de ellos, fue encontrado el sábado de una manera casual por los agentes afectados al caso. "El chico entró a repartir panfletos justo en un restaurante donde comía el personal de Interpol", agregaron. Luego, el domingo a la noche, tanto el nene de 9 años como Pires fueron localizados y demorados por Interpol Argentina.
"Los chicos fueron hallados en perfecto estado de salud y ahora hay que esperar los trámites de extradición que están en vía diplomática y pueden demorar cinco días", explicó un investigador.
Según las fuentes, Pires, quien está acusado de la sustracción de los chicos, había purgado una condena a cinco años de prisión por corrupción de menores en Misiones. Precisamente, la hipótesis de la investigación es que Pires entró a Brasil a través de Misiones, provincia que conocía. La búsqueda de los chicos en Argentina había estado a cargo la delegación de Investigaciones de San Isidro, pero hasta el momento de la aparición de los testigos todos los esfuerzos para localizar a los menores habían sido infructuosos.
Vendedores ambulantes
Todo se había iniciado el 2 de febrero pasado cuando los chicos desaparecieron de sus hogares humildes del barrio Bancalari, de Don Torcuato. Según la denuncia, habían salido a vender ojotas con Pires, quien vivía en el barrio hacía 6 meses.
La investigación reveló que los chicos solían acompañar a Pires en su trabajo de vendedor ambulante, y recibían cinco pesos diarios. La noche del 2 de febrero, las familias recibieron un llamado telefónico de los chicos, quienes explicaron que se encontraban en una clínica de la localidad de Escobar porque Pires había sufrido un accidente. Una hora después y ya desesperados, los padres de Daniel y Gustavo denunciaron el hecho en la comisaría Nº3 de Tigre, y salieron a bordo de un patrullero hacia Escobar, pero la clínica no existía.
Durante el tiempo en que estuvieron desaparecidos, los chicos fueron buscados en Misiones, Paraguay, Bolivia y la ciudad bonaerense de Salto. El 25 de marzo pasado, los padres de los chicos mantuvieron un breve encuentro con el obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, para pedirle que los acompañe en la búsqueda. Del seguimiento de los menores también participó la entidad Red Solidaria.
El 11 de abril, en los peajes de la autopista Panamericana se distribuyeron volantes con las fotografías de los chicos y el identikit del acusado de habérselos llevado. Siete días después, la cadena estatal de televisión alemana se entrevistó con representantes de la organización Red Solidaria para difundir por Europa las imágenes de los chicos. Inclusive, las caras de los pequeños estuvieron a punto de salir por la Red O Globo de Brasil.
La Ciudad
