"Las zonas de actividades logísticas son un elemento importante dentro del sistema integral de una región con gran movimiento de cargas, porque forman parte de un esquema que va de la mano del correcto desarrollo y planificación de las obras de infraestructura (viales, ferroviarias, portuarias) y de telecomunicaciones. Y si hay una correcta coordinación entre los sectores involucrados, se le puede dar valor agregado y competitividad a una economía regional", comentó Bassols. Para el directivo de la organización catalana, su importancia radica también en que puede convertirse en un verdadero polo de desarrollo regional. "Son como imanes para las inversiones, porque las ventajas que ofrece motivan la radicación de empresas, aumentan las oportunidades de negocios y contribuyen al empleo", apunta el catalán. Bassols justifica sus dichos con los números que trae de Barcelona. Con una inversión de cien millones de dólares armaron un centro logístico de 65 hectáreas estratégicamente ubicado en las cercanía del puerto, del aeropuerto y que con rápida conexión con las principales caminos y líneas del ferrocarril atrajo la radicación de cincuenta empresas y generó cuatro mil empleos. En el área hay 50 mil metros cuadrados de oficinas y 250 mil metros cuadrados de galpones. El 75 por ciento de la ZAL, una sociedad anónima, está en manos del Puerto de Barcelona (una empresa estatal) y el resto lo controla Sepes, un organismo del gobierno central especializado en la promoción y el desarrollo de zonas industriales. Ahora está previsto el ingreso de capitales privados para desarrollar una segunda fase en la ZAL de Barcelona y estudiar otras inversiones. Para esa fase, se invertirán 200 millones y expanderán la plataforma logística en 150 hectáreas. El emprendimiento generaría unos 14 mil puestos, y hay muchas empresas interesadas en que se concrete cuanto antes porque buscan un lugar en la ZAL.
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