El viaje de estudios es el sueño de los alumnos secundarios. Hace casi 30 años que se instaló la costumbre de armar una excursión para despedir el cole, y hoy es un clásico. Claro que los tiempos cambiaron. Y aunque Bariloche sigue siendo el lugar elegido por el 80% de los que viajan en 5º año de la secundaria, otros optan por el Caribe, Brasil o Europa. Además, cada vez se prefiere menos los tours contemplativos, ya que ahora los chicos quieren hacer turismo aventura arriba de cuatriciclos, embarrarse en juegos de supervivencia, atravesar los rápidos de los ríos montañosos en botes de goma o matarse de risa toda una tarde en largas cabalgatas. Participar y ser protagonistas parece ser la consigna.
En la década del 70, un grupo de estudiantes secundarios decidieron organizar un viaje de egresados junto con sus profesores. No hay datos ciertos de cuántos fueron ni de qué colegio eran, lo que sí se sabe es que decidieron instalarse en una carpa y el lugar elegido fue el sur.
El tiempo, las modas y el marketing de las agencias de turismo estudiantil modificaron de a poco esa onda de viaje al aire libre, donde desafiar la naturaleza era uno de los motores de la convocatoria. Así, surgió una estructura perfectamente montada, en donde confluyó lo atractivo del paisaje con la movida nocturna, o sea: Bariloche. Año tras año, se repetiría este esquema: en un curso de 30 alumnos, viajaban 29. Y los 29 a Bariloche. Las agencias andaban de parabienes sólo con darles las excursiones clásicas -Circuito Chico, Cerro Catedral, Otto y Tronador- y entradas gratis a los boliches de onda. Pero el paso del tiempo y la crisis económica hicieron lo suyo. En ese curso que viajaban 29, hoy viajan 17 y la mayoría sigue yendo a Bariloche, pero no todos. Otros optan por las playas de Cancún o Camboriú antes que por las montañas y la nieve.
"El turismo contemplativo le dio lugar al participativo, y hay una tendencia a volver a aquella expresión naturista que surgió en los 70", le dijo a La Capital Marcelo Girgenti, flamante gerente de Lapa Estudiantil, sucursal Rosario, y con 18 años de experiencia en turismo para jóvenes.
Claro que una cosa es disfrutar del día panza arriba y otra es interactuar con el paisaje. Desde luego que los chicos no dudan en inclinarse por esto último. "Es hora de poner en marcha todos tus sentidos y dejarte atrapar por la magia de la naturaleza", reza un folleto de Daminato Estudiantil, que sugiere que "parar cuando llegaste al límite es perderte lo mejor".
Barro y diversión
"Ahora la onda son las excursiones de predio en desmedro de las lacustres. Los chicos hacen ejercicios de supervivencia, en donde se embarran todos y se divierten muchísimo, andan en motos de cuatro ruedas, pasan un día completo haciendo esquí o cabalgando con sus amigos. Es como un Domingo para la Juventud, pero al aire libre", describió Gonzalo Serrano, gerente de ventas de Daminato Estudiantil.
Pero este programa no es completo si falta el ruido. Por eso todas las agencias ofrecen una intensa vida nocturna en los 5 boliches de Bariloche, desde el más top, como By Pass, pasando por Rocket, Genux y Cerebro, hasta el tradicional: Grisú.
Pero el encanto del mar y la playa también seduce a muchos estudiantes. "Camboriú pasó a ser la estrella", afirmó el gerente de turismo joven de Transatlántica, Héctor Fernández. El año pasado esa empresa vendió 3.500 pasajes a Bariloche y 850 a la localidad turística del sur de Brasil. Y apuntan a que este año se dupliquen los viajes a Camboriú.El bajo costo de la moneda brasileña hizo girar el foco de atención muchos chicos, y romper un poco con la tradición. Es que viajar a Bariloche sale 720 pesos y a Camboriú 450. Desde ya que el paisaje es otro. La nieve no va a estar en las fotos y los chicos no podrán armar muñequitos en las montañas. Pero el gasto aquí también cuenta. "Con temperaturas bajo cero hacen falta camperas, pulóveres, guantes, gorros y calzado especial, mientras que para ir a la playa zafás con una malla de baño y un par de sandalias", argumentó el funcionario de Trasatlántica.
Cancún es otra de las ofertas con mar, arena y conga. Aunque el precio es bastante más caro (1.200 dólares), tiene una ventaja que atrapa: el todo incluido. Aquí el entretenimiento pasa por las actividades que tiene el hotel de cuatro estrellas, con comida y bebida libre -sin alcohol-, más juegos especiales preparados por los coordinadores: buceo, aerobic, toboganes acuáticos, juegos con gomones, caída libre con arnés desde 70 metros y una banda en vivo que le pone swing a la jornada. "La gente necesitaba un cambio, era momento de ofrecer otra cosa", dijo Facundo Bellotti, coordinador de Grupo Tres. Esta agencia se jacta de vender "exclusivamente viajes al exterior" porque "los chicos quieren mejores servicios.Hay una tendencia a salir del país en los viajes de estudio, hoy los chicos del San Patricio viajan a Irlanda, los de San Bartolomé a Inglaterra y Gales, los del Español a España y New York y la Dante Alighieri a Italia".
En Bariloche o en Inglaterra, la idea es divertirse con amigos de la secundaria. Pero eso sí, ahora nadie se conforma con mirar una montaña. Lo atractivo es subirla.