Fue uno de los principales protagonistas de la historia mundial del siglo veinte. En las últimas semanas antes de su muerte, sin embargo, sólo era un anciano malhumorado, confundido y que casi no comprendía lo que ocurría a su alrededor. Con "Taurus", una delicada película sobre el agonizante Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, el realizador ruso Alexander Sokurov impresionó a la crítica en el festival de Cannes, donde compite por la Palma de Oro. El filme, basado en la atmósfera y en los detalles, se sale completamente de lo visto hasta ahora. Sokurov, oriundo de Siberia, muestra a Lenin bajo la tutela de sus colaboradores, en la completa debilidad del moribundo. A veces, no quiere aceptar la cercanía de la muerte, otras pide que le lean cómo pasó Marx las últimas horas de su vida. "Los caracteres humanos son interesantes, pero de los dictadores no me fascina nada", explicó el director. "Comparado con Stalin, Lenin todavía era humano". Con su primera película, "Moloch", con el que inició una tetralogía, ganó hace dos años el premio al mejor guión en Cannes. Como en "Moloch", en la que se trataba la relación de Hitler con Eva Braun, Sokurov confió el papel del líder revolucionario a Leonid Mozgovoi. El actor encarna al hombre que entusiasmaba a intelectuales y a las masas, pero que en la Rusia de los años 1922 y 1923 vive aislado y enfermo, mientras Stalin espera su muerte en el pasillo. La melancolía de este filme recuerda al teatro de Chejov. "Taurus"hace referencia además al mito del minotauro, que es un monstruo pero al mismo tiempo sufre. Dotado de un poder inmenso, sin embargo está aislado del mundo. El realizador, que ve su obra como parte de "la cultura cinematográfica no comercial de Europa", prepara en tanto la siguiente parte de la tetralogía que, según adelantó, será tomado de las obras de Thomas Mann y Goethe.
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