Karin Zinzt
Dos películas sobre la destrucción del ser humano, "Desert Moon", del japonés Aoyama Shinji, y "La chambre des officiers", del francés Francois Dupeyron, se presentaron ayer en la sección competitiva de la 54 edición del Festival Internacional de Cine de Cannes. El festival concluye mañana con la elección de los filmes ganadores y la entrega de la Palma de Oro y los restantes premios. Dupeyron, que en 1999 obtuvo la "Concha de Oro" del Festival de San Sebastián con su filme "C'est quoi la vie?" ("¿Qué es la vida?"), concursa en esta ocasión con una durísima crítica a la guerra y a sus consecuencias sociales e individuales. El filme, que tiene muchos momentos interesantes y conmovedores, falla, a juicio de la crítica internacional, al no acabar en el momento adecuado. Terminada la historia central, el director pretende anudar todos los hilos que quedan sueltos con lo que sólo consigue impacientar al espectador y demorar inútilmente el desenlace. El final elegido, además, es el peor de los posibles, pues cae en una sensiblería excesiva que quita eficacia a una excelente primera parte. La película narra la historia de un militar francés que al comenzar la guerra de 1914 es herido por un obús alemán; su cara queda destrozada y todo el filme analiza el lento proceso de la relativa curación y el duelo psicológico ante un nuevo rostro bastante alejado de los cánones de belleza. Tras el pase, Dupeyron señaló que la primera escena -una fila de oficiales lisiados que son condecorados con la Legión de Honor-, se le ocurrió escuchando "El crepúsculo de los dioses". La cinta es, en palabras del realizador francés, "la historia de un hombre destruido que descubre en sí mismo la fuerza de vivir y así recobra el deseo y el humor. Se trata del renacimiento de un hombre, una formidable historia de varios amores y no solamente de deseos". "La guerra, en realidad, está siempre en un segundo plano. Podría ser, incluso, la historia de un hombre cualquiera, un civil, que ha sufrido un terrible accidente. Una historia de hoy", agregó Dupeyron, que se basó para el guión de "La chambre des officiers" en la novela homónima de Marc Dugain. El japonés Aoyama Shinji, director y guionista de "Desert Moon", estuvo ya en competición en Cannes el año pasado con "Eureka". Después del pase, el cineasta nipón explicó que en esta última cinta mostró el hundimiento exterior, formal, de la familia moderna; en ésta, en cambio, analiza el conjunto de personajes desde su interior. "A mi juicio -indicó-, el principio de la familia trasciende religión, ideología o raza. Espero que esta idea sea evidente a través de los movimientos de los tres personajes protagonistas del filme". La realización muestra a un exitoso hombre de negocios que sólo puede observar a su familia a través de una cámara de video. "Cuando se tiene todo lo que se desea -aseguró el director- los objetos desaparecen: únicamente queda la ilusión". Por eso, para este hombre de negocios, todo se va desvaneciendo y solo restan las imágenes de video para avivar su memoria, para recordarle que todavía tiene una familia, para intentar relacionarse con ella.
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