No pasa nada con la altura. Sólo tenés que comer chicle", les dijo Carlitos Ischia, el ayudante de campo de Carlos Bianchi en Boca, a sus amigos Edgardo Bauza y el Torpedo Arias, la última vez que los llamó especialmente por teléfono para este partido. Claro, Boca jugó en esta misma cancha enclavada en el desierto más seco del mundo hace apenas un mes y no le fue nada mal desde el punto de vista del resultado, ya que ganó sobre el final un partido raro, luego de que Cobreloa se perdiera una media docena de goles.
"De la altura ni hablamos, no queremos volvernos locos con eso, así que no le damos bola", graficó el Camello Di Leo, el ayudante de campo de Bauza. "La altura influye, eso está científicamente demostrado, pero si pensamos demasiado en eso y en el entorno le vamos a quitar importancia al rival, que en este caso es lo más importante", opinó a primera hora de ayer Juan Antonio Pizzi. "La altura existe, pero a algunos jugadores yo ni les dije", resumió el preparador físico auriazul, el profesor Alejandro Mur. "La altura es un escollo más, pero esta es una final. Son ocho finales después de la primera, que le ganamos a Vélez, pero no podemos poner a la altura como excusa, sino que es un escollo más a vencer", redondeó el técnico Edgardo Bauza.
Opiniones al margen, los 2.250 metros sobre el nivel del mar son tan reales como la sequedad del desierto de Calama -el de menor porcentaje de humedad junto al del Sahara- aunque no serán un obstáculo menor que el propio Cobreloa, un equipo sumamente aguerrido dirigido por el bilardista de Cacho Malbernat, que tratará de sacar ventajas hasta de las piedras.
Juega Maceratesi
El Patón guarda bajo siete llaves la confirmación de la vuelta al equipo de Rafael Maceratesi, aunque es un secreto a voces que el Rafa jugará esta noche. En este sentido, tanto Bauza como el propio Pizzi confiaron a este diario la importancia de un jugador como el Rafa en una final, justamente por su gran cantidad de partidos en primera.
La práctica de fútbol del sábado en el Gigante fue sintomática: cuidar la pelota, no apurarse, no correr más que lo necesario y ser un equipo compacto, con la menor distancia posible entre sus jugadores.
Central se parará entonces con una línea de cuatro integrada por Marra, Díaz, Loeschbor y Lequi, otra de tres volantes formada por Erroz, Daniel Quinteros y Cuberas, Ezequiel como enganche, y Maceratesi y Pizzi como delanteros.
El esquema de Cobreloa
Enfrente tendrá a Cobreloa, que viene entonado por su goleada de 3 a 0 del domingo contra el puntero Santiago Wanderers, y que cuenta con la ventaja del factor climático, al extremo que mejora sensiblemente su rendimiento como local.
Malbernat apostaría a un planteo más ofensivo, con una línea de tres defensores integrada por Rodrigo Pérez, Italo Díaz y Luis Fuentes, otra de tres volantes formada por Pozzo, nuestro conocido Pablo Abdala y Cornejo, dos enganches como Dinamarca y el boliviano Julio César Baldivieso; y Tagliani y Vivar como delanteros.
Uno no se da cuenta de la altura hasta que sube tres pisos por la escalera y piensa que se agita por su falta de estado físico. Entonces piensa que pasa como con las brujas, que no existen pero que las hay, las hay. Y ahí va este impredecible Central del Patón Bauza a pelearle la clasificación a la garra de Cobreloa, a los 2.250 metros de altura y a la implacable sequedad del desierto de Calama.