El Turquito Abdala sonríe como un pibe en el día de su cumpleaños, justo hoy que cumple 29. Remera naranja de Cobreloa, los inconfundibles rulos a lo Valderrama y la misma sonrisa de sus ojos de gringo de San José de la Esquina y de las inferiores de Rosario Central.
El aguerrido volante Pablo Abdala recibe a los enviados de Ovacion en su habitación del hotel Inti Limay, donde se concentra su equipo en esta pequeña y pintoresca ciudad minera de 130 mil almas.
Si todavía parece mentira que a este promisorio volante los dirigentes de Central lo hayan dejado libre en 1994, cuando todavía caminaba con muletas por una rotura de ligamentos de rodilla. Luego el Turco emigró al fútbol chileno, donde hoy es un referente de Cobreloa, luego de pasar por Millonarios de Colombia.
-Vos te fuiste de Central por una lesión, pero mucha gente todavía se pregunta por qué te dejaron libre
-Yo estaba jugando con Vicente Cantatore como técnico y sufrí una lesión de ligamentos cruzados a fines del año 1993. Después se fueron Cantatore y la comisión directiva de turno, vino Pedro Marchetta con sus colaboradores y bueno...
-Te colgó.
-Me colgó. Al principio parecía que estuvo al lado mío, pero después me fui olvidando de ese momento fugaz que tuve en la primera de Central por el gran paso que tuve por el club. El fútbol es así y lo asumí como para empezar todo de nuevo desde cero. Sin dudas que haber dejado una entidad como Central a cualquier jugador le provoca tristeza y nostalgia.
-Pero además llama la atención porque si bien habías jugado pocos partidos impresionabas gratamente como un jugador que metía mucho y que sentía la camiseta. Un jugador realmente del club, de esos que los hinchas no quieren que se vayan.
-Sí, en el poco tiempo que jugué la gente de Central se había identificado con los jugadores que meten, que ponen y que sienten la camiseta del club. En lo poco que estuve me hicieron saber de su afecto.
-¿Y cómo siguió tu carrera?
-A mediados del 94 me dejaron libre cuando yo estaba con muletas, así que yo les podría haber hecho juicio, pero no podría hacer nunca una cosa así con mi club. Después de recuperarme llegué a un equipo muy chico del norte, de segunda, en Puerto Arica.
-¿Cómo llegaste aquí?
-Por una posibilidad que me ofreció un empresario rosarino, el Huevo Promanzio. Y me vine acá sin conocer prácticamente nada, en un lugar tan lejos, Es una linda ciudad, bien al norte, limítrofe con Perú, y empecé a hacerme un nombre en Chile. Estuve casi un año, después estuve casi un año y medio en Millonarios de Colombia, una experiencia muy linda y un equipo muy competitivo. Y después surgió la posibilidad de venir a Cobreloa, a mediados del 97.
-Y te quieren mucho aquí.
-Sí, gracias a Dios. Me costó un poco adaptarme a la ciudad, a un nuevo club, pero la gente me reconoce el esfuerzo, se están dando muchas cosas positivas y estoy muy cómodo.
-¿Cómo crees que será el partido?
-Con Cobreloa con mucha actitud, tratando de ir a buscar el partido y creo que Central también porque me parece que no es un equipo de esperar mucho y que de mitad de cancha hacia delante tiene jugadores muy desequilibrantes que en cualquier momento pueden definir un partido, así que tenemos que estar muy concentrados.
-Es la primera vez que vas a jugar contra Central.
-Sí, es la primera vez y creo que va a ser una experiencia muy especial con el equipo de mis amores, donde me crié y me hice hombre y jugador, así que va a ser una experiencia muy bonita.
-Lo profesional va por un lado y el sentimiento por otro.
-Sí, voy a tratar de hacer lo imposible para que Cobreloa gane y saque un buen resultado que nos permita pasar a la otra ronda, pero también ver los colores de mi amor enfrente va a ser muy jodido.
-Y el sueño de volver a jugar en Central?
-Y... uno a los sueños no se los puede quitar, pero es muy complicado porque hay muy buenos jugadores en la mitad de la cancha. Y yo me hice un camino acá, pero siempre estoy pendiente de Central, quiero que gane siempre, sufro con las derrotas y me alegro con las victorias.
-O sea que esta va a ser la excepción.
-Sí, voy a hacer lo imposible para que Cobreloa gane.
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La Ciudad
