Pablo F. Mihal
La victoria podría haber sido para cualquiera. Tanto Universitario como Gimnasia llegaron al choque con los argumentos necesarios como para hacerse de ella y de hecho lo demostraron dentro de la cancha, en un partido muy movido, con muchos tries y con una gran dosis de emotividad. La paridad fue, a priori, la mayor característica de este encuentro y a juzgar por lo ocurrido durante los ochenta minutos siguió siendo la carta de presentación. Ganó Universitario porque fue quien mejor se adaptó al libreto y desde una férrea defensa solidificó el triunfo final por 31 a 25, importante no sólo en los números ya que deja a Universitario en una posición expectante sino también en lo anímico. El partido arrancó parejo con ambos equipos midiendo sus fuerzas y las reacciones de su rival de turno. Gimnasia pegó primero con un penal de Hugo Cabeza pero la reacción de Universitario fue casi inmediata y Nicolás Morcino -una de las figuras del ganador- equilibró la balanza con otro penal. Mientras que Gimnasia mostró mayor peligro abriendo la pelota, jugando abierto, Universitario obtuvo sus mayores dividendos cuando apeló al juego corto, con sus forwards muy juntos atacando por el eje profundo, pegado a las formaciones. Así llegó el primer try. Galo Della Vedova, un chico que dejó de ser promesa para convertirse en realidad, vulneró el ingoal y estiró las diferencias en favor del dueño que casa. Lentamente los auriazules fueron saliendo del asedio y llevaron el juego al campo contrario. Buscaron armar con sus backs un juego de muchos pases, con cambios de frentes apuntando al desequilibrio por las puntas ya que defensivamente el local mostró algunas fisuras (sus tackles muchas veces no tuvieron la contundencia necesaria para frenar a los mens sana). Juan Pablo Cícero desairó su marca y acercó a GER en el marcador. Paradójicamente, durante el primer tiempo Universitario tuvo más tiempo la pelota y también mayores dificultades para marcar. En el inicio del complemento el try de Hernán Dinucci puso nuevamente las cosas como al principio. Con el empate todo volvió a foja cero. Es un viejo adagio que en partidos parejos gana el que menos se equivoca y ayer esa no fue la excepción. El local comenzó a ejercer una presión tal que resultó demasiada para los mens sana. Con el try de Guillermo Fermani el equipo de Las Delicias pasó al frente, y después, con el de Pablo Iguri (en un contragolpe mortal cuando Gimnasia buscaba afanosamente descontar) inclinó definitivamente la balanza a su favor. El pie de Morcino, en tanto, siguió sumando. Pero la lógica reacción no tardó en aparecer. Angelucci incursionó primero en el ingoal universitario apenas pasada la media hora del complemento y Juan Cícero -con su segundo try personal- le puso emotividad y suspenso a los minutos finales. Cortando clavos los locales esperaron el final. Borsani dijo basta y el triunfo se quedó definitivamente en Las Delicias.
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