El ladrón inglés Ronald Biggs ya tiene un pasaporte del Reino Unido y se embarcará hoy a las 14 (hora de la Argentina) de regreso a su país tras haber permanecido fugitivo en Brasil durante 31 años, informaron ayer el Foreign Office en Londres y el consulado británico en Brasil. El canciller británico, Robin Cook, intervino personalmente para asegurar que no hubiera demoras en la confección y entrega de la documentación, que permitirá que Biggs regrese a Gran Bretaña donde deberá enfrentarse a la Justicia.
Antes de viajar a Londres, Biggs tendrá que declarar por escrito a la policía federal brasileña que sale de Brasil por su propia voluntad, después de lo cual podrá embarcarse en el avión enviado por el diario londinense The Sun, que fue a buscarlo.
En el avión Dassault llegaron dos reporteros del The Sun junto con Bruce Reynolds, amigo de Biggs y artífice del histórico asalto cometido por ellos al tren postal Glasgow-Londres, en 1963. Su trabajo será asegurarse de que Biggs no pierda los nervios cuando suba a la máquina y cuando aterrice en suelo británico.
Reynolds dijo sentirse "responsable" de que Biggs tenga un final digno por haberlo convencido de que ingrese en la banda de 15 hombres que terminó robando 2,6 millones de libras, una cifra que hoy equivaldría a 30 millones de dólares.
"Esta es su última aventura, el último capítulo de su vida y está bien que lo cierre de esta manera", señaló su amigo Reynolds.
Según informó en Londres un portavoz de The Sun, el mismo Biggs solicitó al periódico que organice su viaje de vuelta
"Si todo sale según el plan, Ronnie Biggs será entregado a Scotland Yard en una semana", dijo el portavoz, quien no reveló el lugar exacto donde se encuentra la aeronave. "El señor Biggs ya se alegra de su viaje de regreso a casa", apuntó.
Biggs, de 71 años, envió un e-mail a Scotland Yard desde Río de Janeiro, donde reside desde 1970, en el que comunicó: "Quiero entregarme. Necesito un pasaporte para el viaje de regreso a Gran Bretaña. Estoy dispuesto a dejarme detener de inmediato cuando aterrice en el aeropuerto de Heathrow".
Biggs está cansado
Biggs había dicho que estaba muy cansado y que su último deseo sería el de "tomar una cerveza en un pub de Londres", aunque será poco probable que su deseo se cumpla, ya que las autoridades británicas adelantaron que el ladrón será detenido apenas desembarque en Londres, para cumplir los 28 años de pena que le quedan pendientes.
El destino de Biggs será la prisión, a menos que el secretario del Interior, Jack Straw, tenga un gesto de piedad como el que Reynolds le pidió: "Señor Straw, tenga compasión con un hombre viejo que ha sufrido tres infartos".
Straw indicó el viernes que Biggs deberá terminar la condena que interrumpió al fugarse de prisión en 1965. Sin embargo, fuentes policiales admitieron que podría ser ingresado en un hospital carcelario.
Biggs espera clemencia, pero añade que está dispuesto a aceptar cualquier condena. "Tuve una vida maravillosa", aseguró. "No me arrepiento de nada".
La Ciudad
