Año CXXXIV
 Nº 49.103
Rosario,
lunes  30 de
abril de 2001
Min 10º
Máx 15º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Recorriendo Rosario
Barrio Industrial quiere cambiar su perfil
Con sólo dos industrias, se convirtió en una zona de paso y residencia. La movida cultural intenta sobrevivir

Sergio Roulier

Algunos piensan que al barrio Industrial habría que rebautizarlo. Porque del perfil (ferroviario y fabril) que le dio su nombre hoy queda muy poco. Sin embargo, su vida sigue "entre vías", por su impronta ferroviaria, y con aroma a "café con leche", como lo popularizaron las otras barriadas, por tener entre sus calles a La Virginia y a Cotar. Pero su gente está entusiasmada, a pesar de todo, con mirar al futuro: dentro de cuatro meses esperan ver concretada la continuidad de la avenida de las Tres Vías y luego una mejora en la traza de Travesía.
Su identidad está más cerca de los sentidos y los movimientos urbanos. Olor a café tostado y sonidos de locomotoras perdidas, junto a vehículos y bicicletas que van y vienen por sus avenidas.
Otrora barrio de obreros y ferroviarios, en la actualidad es una zona habitada por jubilados y familias, que optaron por quedarse donde nacieron. El ruido está en las calles más transitadas que lo transformaron en un lugar de paso para los que van al norte, o llegan al centro, y los camiones que circulan por Junín hacia el único puerto de Refinería.
Si bien es un sector de la ciudad que desde hace mucho tiempo tiene todos los servicios, el aislamiento que sienten los vecinos por estar rodeados de vías sigue latente. El viaducto Avellaneda, el paso a nivel de Carriego, la liberación de las trazas ferroviarias (como Travesía y de la vieja vía a Santa Fe) significaron un alivio. Pero el mayor problema actual es la falta de transporte.
"Hay dos líneas (112 y 101) que van en el mismo sentido. Para ir al distrito municipal que le corresponde al barrio (Villa Hortencia) o la comisaría de la jurisdicción (la octava) hay que tomar dos colectivos. Lo mismo tienen que hacer los abuelos para ir al Pami II o a cualquier hospital", relató Raúl Chiaramonte, presidente de la vecinal. Más allá del número de delitos, la seguridad es otro problema.
Industrial no tiene grandes conflictos sociales ya que los asentamientos irregulares están en los confines del barrio. Los servicios de salud de la vecinal apuntan más a la gente que no tiene obra social o está desempleada.
Los jóvenes tienen pocos atractivos. No es una zona para la diversión. Los clubes de fútbol son los más concurridos o, en verano, la pileta del Edison. Estas instituciones se reciclaron. Algunos transformaron parte de las instalaciones en jardines de infantes como La Carpita y Mar del Plata. El resto quedó como reducto de bochófilos y timberos.
Los clubes fueron un indicador de la actividad social en el apogeo industrial de mediados de siglo. El movimiento que le impuso el ferrocarril y la radicación de industrias como la cooperativa de panaderos, la cervecería Quilmes, el aserradero Mussio y la aceitera Santa Clara (que ya no están), produjeron un crecimiento de la población y las instituciones.
La cultura no estuvo ajena a este impulso y, en ese sentido, es uno de los barrios que más se destaca. Hoy, el cine Lumière y las bibliotecas Amor al Estudio y Amor a la Verdad son muestras de antepasados inquietos por la educación de sus hijos.
El barrio se debate entre el progreso que se extiende hacia el norte de la ciudad y las desigualdades sociales que se ven en las zonas aledañas, como Ludueña o Empalme Graneros. La gente busca el centro para sus compras y sus entretenimientos, pero no quiere perder el ritmo de las cortadas silenciosas.
Sus habitantes más añosos siguen defendiendo al barrio como industrial ("tenemos La Virginia y Cotar"), pero no soslayan que donde estuvo la Quilmes habrá pronto un supermercado. El futuro se perfila hacia una zona de tránsito. La continuidad de la avenida de las Tres Vías (desde Alberdi hasta Travesía), que se terminará en cuatro meses, y el proyecto para mejorar la traza de Travesía, en el marco del programa de fortalecimiento de cinco grandes accesos internos de la ciudad, son las apuestas del municipio para el lugar.



La avenida de las Tres Vías nuevas expectativas.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Un vecino con memoria y archivo de historiador
Diario La Capital todos los derechos reservados