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Alegato contra los cascos de las motos

Soy consciente del interés preocupante que demuestra la Municipalidad hacia los motociclistas para salvarles la vida exponiendo como solución el casco. Yo me pregunto, el intendente ¿habrá conducido alguna vez una moto?, ¿y si lo hizo, se habrá colocado el casco? Me parece que no. Esta deducción es lógica: el uso del casco implica una considerable merma en la visión, ya que el campo visual disminuye debido a que este artefacto actúa como anteojera en los animales. Implica disminución en los sentidos auditivos debido a que dicho armatoste cubre los oídos impidiendo una clara percepción de los sonidos. Es cierto que ocurrido un accidente impide que se fracture la cabeza, pero no el cuello. El hecho más relevante, aparte del expuesto, es que se han instalado en esquinas clave de la ciudad personas contratadas por la Municipalidad distribuyendo volantes a todo aquel que circule en motocicleta indicando que el hecho de llevar puesto el casco no exime de la multa si el mismo no exhibe determinadas señas. Sólo falta que nos indique en qué negocio debemos comprarlo.
Rogelio Carrero