Javier Felcaro
El 15 de marzo de 1995, Ricardo Monner Sans encendió la mecha del escándalo por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia. Ese día, el abogado radicó una denuncia que, seis años después, jaquearía al ex presidente Carlos Menem y a un grupo de ex ministros y funcionarios del anterior gobierno. "Imaginé sólo un 40 por ciento del actual 100%", se sinceró el letrado, apelando a la lógica de los números como síntesis de lo ocurrido desde entonces. En una entrevista concedida a La Capital, Monner Sans dijo que Menem debe ser llamado a declarar, aunque estimó prudente que esta instancia no se concrete en lo inmediato. Además, tras reiterar que el ministro de Economía, Domingo Cavallo, ya debería haber estado cara a cara con el juez federal Jorge Urso, no ocultó un dejo de optimismo sobre el futuro de la investigación: "Avanzar hacia algunas condenas finales es largamente probable". _Ahora Urso tiene que citar a Menem. _Creo que sí. Al igual que el caso de Emir Yoma, es una línea que impone la Sala II de la Cámara Federal, que no puede concebir que todo esto no haya ocurrido desde las más altas responsabilidades del Estado. Si bien no señaló nombres, abrió una puerta, la de la derecha que, juntamente con la de la izquierda, dijo "miren el artículo 210", de asociación ilícita. La suma de esto es lo central y da una vuelta de tuerca respecto de los ex ministros. Es una línea muy rigurosa y, desde ese marco, el fiscal Carlos Stornelli ajustó su conducta. _El juez no tiene plazos. _Además, no sé si sería muy inteligente llamar a declarar a Menem de inmediato, o profundizar la investigación sobre la base de todos los ex ministros, habida cuenta de que ya los tiene adentro a Luis Sarlenga (ex interventor de Fabricaciones Militares), quien dijo todo, sabían todo en el gobierno, y a Emir. Una táctica inteligente sería apostar a que se rompan más silencios. Una citación prematura podría agotar la instancia investigativa muy temprano y mal. _¿Es apresurado hablar del fin de la impunidad, como hicieron muchos políticos? _Los políticos tienen muy poco derecho a hablar de este caso. No los vi con el mismo fervor en otros temas, como la compra de voluntades a cambio de la reforma laboral. Hay una exhibición para que nadie mire a sectores políticos que pudieran estar implicados en otro tipo de cosas. _El PJ se abroqueló en torno a Menem. ¿Es sólo una cuestión de solidaridad o de presión? _Me parece que el acto en el Congreso juega al revés de la lógica de la presión. Si a mí me hacen algo de esa naturaleza, donde, según me cuentan, fue casi rayano al grotesco, sumarse a ese grotesco, que es lo que le estarían pidiendo a Urso, es casi un juego al revés. _¿Cómo evalúa el rol del magistrado? _Se dieron varias circunstancias: el fallo de la Cámara, en lo que es el segundo o tercer llamado de atención, su contenido y lo de Sarlenga, que fue impensado. No estoy seguro sobre cuánto hay de cola sucia en Urso. En una Argentina donde la Justicia siempre fue un poder menor, pero donde en los últimos años fue definitivamente influible, planteo una hipótesis: El juez Pérez entró por el menemismo. Hoy el menemismo no está ni puede estar. Pérez, quien quiere ser influible y tener un ancla en alguna parte, ¿dónde lo tira con el actual gobierno? Si no se sabe dónde esta el poder ahora. _¿Por qué se quebró Sarlenga? _Repito lo que escuché por afuera. Dicen que la defensora oficial le advirtió: "Si usted no descarga la mochila, queda como organizador y/o jefe". Entonces, los 150.000 pesos que estaba buscando para salir de la otra causa eran al divino botón. Por convicción, oportunismo o lo que quiera, Sarlenga descarga, y lo hace aproximándose a toda la verdad. _¿Y Cavallo? La posibilidad de una citación ya está instalada... _Entiendo que a la vuelta de la esquina esto tendría que suceder. Me hubiera gustado que esto ya hubiese ocurrido, porque lo vengo pidiendo hace años. En realidad, hace mucho tiempo que vengo rompiendo respecto a todo el mundo. _Hay quienes dicen que sería un intocable. _Por eso no me gusta que quede instalada esa sensación térmica, porque siempre levanté la lucha contra la impunidad. Lo antes que se convoque a Cavallo haría mucho por la doctrina de la transparencia absoluta. _Yoma tendría que presentar elementos contundentes para zafar. _Me parece difícil que tenga un as tan grande bajo la manga. Se dijo que Mariano Cúneo Libarona iba a tomar las dos causas (la de Emir y la de Menem). Sin que esto sea definitorio, me planteo: que el abogado no lo haga, es como Antón Pirulero, que cada cual atiende su juego. ¿Se viene una situación ríspida entre Yoma y Menem? Acá se quiere buscar una cosa muy técnica, a contrapié del Congreso. _¿Qué pasó con Stornelli? _El se fue enfervorizando, en el buen sentido de la palabra. Yo sabía que este tema era muy grande cuando me metí, pero en aquel momento imaginé sólo un 40 por ciento del actual 100%. Esto va de la mano con lo que le pasó al fiscal, quien se fue dando cuenta de que la causa es gravísima y dejó de lado cualquier otro tipo de consideración personal. En el país después del 83 hay dos causas centrales a nivel institucional: la venta de armas y la compra de voluntades en el Senado. Pero, mientras que en aquélla aparecen firmas y el avanzar hacia algunas condenas finales es largamente probable, en la de las coimas ocurrirá lo contrario, más allá de lo que resuelva la Sala I de la Cámara. Soy optimista, sin perjuicio de señalar que ya el efecto docente de esta causa es muy importante.
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