Washington. - El gobierno de George W. Bush intensificó su labor diplomática en Medio Oriente y asignó un importante papel a la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Criticado por los árabes de mantener una actitud pasiva, Washington no sólo trata de reducir la violencia que se generalizó en la región desde septiembre pero busca una manera de restablecer las conversaciones de paz. La CIA, cuyo papel había sido limitado, ahora adoptará un papel de "facilitador" entre Israel y los palestinos, dijeron fuentes oficiales. Refiriéndose al surgimiento del nuevo estilo, el secretario de Estado, Colin Powell, expresó: "Tenemos una serie de cosas en marcha actualmente, para lograr una situación de seguridad estable, comenzar a reducir la violencia en vez de que aumente". Powell expresó en una conferencia de prensa con el primer ministro Rafiq Hariri del Líbano que "cuando tengamos éxito allí, podremos construir sobre ese éxito mejorando la situación económica para la gente de la región y en última instancia regresar al campo de la negociación". Hariri dijo a los periodistas ayer que Powell le aseguró que el gobierno no mantiene una política laxa. La gestión recibirá un impulso el miércoles cuando el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Shimon Peres, visite Washington para sostener conversaciones con Powell y otros funcionarios del gobierno. "No existe una falta de compromiso", destacó Powell. "No siempre salimos con titulares en una pancarta, pero puedo garantizar que estamos en pleno trabajo y sumamente comprometidos". Mientras tanto, la CIA -inicialmente relegada a segundo plano por el gobierno de Bush- emergió como un participante clave. Israel y los palestinos han estado realizando conversaciones con la participación de un funcionario de la CIA, dijo un vocero de la agencia, Mark Mansfield.
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