Año CXXXIV
 Nº 49.099
Rosario,
jueves  26 de
abril de 2001
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Un sacudón de la política hacia Pekín

Washington. - Las claras palabras del presidente estadounidense, George W. Bush, acerca de que defendería a Taiwán de un posible ataque de China, han sorprendido a los observadores políticos, principalmente en EEUU. James Rubin, ex portavoz del Departamento de Estado del ex presidente Bill Clinton, consideró que el Acta de Relaciones con Taiwán, de 1979, ha sido sacudida en sus cimientos. Aunque por este documento Washington garantiza a Taiwán su ayuda en caso de un ataque, ningún presidente antes de Bush había dicho tan claramente que EEUU apoyaría militarmente a la isla. Junto al Comunicado de Shangai de 1972, el Acta de Relaciones es la base de la política estadounidense hacia China. "Las palabras de Bush son muy preocupantes. Es una manera increíble de tirar por la borda dos décadas de política estadounidense", afirmó Rubin.
En Shangai, el entonces presidente norteamericano, Richard Nixon, confirmó que "las personas a ambos lados del estrecho de Taiwán reconocen que sólo hay una China y que Taiwán forma parte de China". Con el acuerdo con Taiwán, que fue firmado el 1º de enero de 1979, tras la reanudación de relaciones diplomáticas completas con Pekín, EEUU tuvo cuidado de que la isla no quedara desprotegida ante los caprichos de Pekín. Aunque las relaciones con Taipei tuvieron desde entonces un carácter extraoficial, continuó la venta de armas defensivas. Sin embargo, en un comunicado de 1982 el gobierno de Washington aseguró que "no perseguía ninguna política de venta de armas a Taiwán de largo plazo".
China ha protestado ahora contra el paquete de armamento anunciado el martes porque es el mayor en casi diez años y va en contra de lo asegurado en 1982. También en el Comunicado de Shangai se estipula que "el futuro de Taiwán será decidido con medios pacíficos. Cada paso que se dé y que no se oriente a un futuro pacífico de Taiwán, incluidos boicots o embargos, será considerado por EEUU como una seria amenaza a la paz y seguridad de la región del Pacífico occidental".
Washington se reserva "la facultad de garantizar su oposición a cualquier acción militar u otra forma de intimidación que pudiera poner en peligro la seguridad o el sistema social y económico de la población de Taiwán", se añade.


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