"No es una revancha", dijeron hasta el cansancio las Leonas antes de cada encuentro -este fue el segundo- ante Australia, pero se notaba que las ganas de ganar estaban a flor de piel. Por eso se jugó como se jugó, dejando la vida en cada bocha. Por eso el festejo del final fue tan efusivo. Ganarle a las australianas era una especie de cuenta pendiente del seleccionado femenino de hockey sobre césped, y anoche el objetivo se cumplió. A pesar del triunfo el técnico Sergio Vigil se mantuvo calmo, sereno, analizando las instancias del encuentro, pero a la vez diciendo: "Debemos ser mejores cada día". En cuanto a si el partido fue como lo esperaba, Cacho Vigil sentenció que "se dio el partido que planteamos entre jugadoras y cuerpo técnico, pero lo más importante es que pudimos imponer nuestro sistema de juego. Se cumplieron los objetivos que nos habíamos planteado antes del encuentro y por suerte pudimos ganar, pero cuando digo ganar el partido me refiero a ser superiores en el trámite de juego. Creo que cuando se logra eso, el resultado es una consecuencia". Tantos las Leonas como el propio Vigil antes del partido frente a Australia se encargaron de quitarle el mote de revancha, pero hay algo que está claro y es el hecho de que jugar ante el equipo más poderoso del mundo implica una motivación extra. "Es algo especial, motiva más, hay un gran respeto por el rival y hay muchas ganas de ganarle y de destronarlo de su primer puesto, pero este es el camino hacia los torneos oficiales. Estos no son amistosos, son test match, pero tampoco son partidos de torneos oficiales, por eso pienso que este triunfo es como iniciar el camino para ganarle en el trámite de juego, lo demás será una consecuencia", resaltó Vigil. Cacho es de esos entrenadores que nunca queda conforme, alguien que siempre encuentra algún punto para mejorar, pero a pesar de ello sentenció que lo que rescató, más allá del triunfo, es "la imaginación, la audacia y la valentía que tuvimos en el juego con pelota". "Espectacular", con esa palabra Vigil sintetizó el apoyo que le brindó el público rosarino a sus dirigidas, y agregó: "Creo que Buenos Aires tiene que aprender muchísimo de esto. Este marco existió porque hay solidaridad y un sentimiento profundo hacia nuestro deporte que es el hockey. La gente siente la celeste y blanca de verdad y creo que es el momento en que hay que dejar de pelearse, de ser egoístas y hay que aprender de este tipo de espectáculos".
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