En enero del año pasado, la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ) festejó sus setenta años en Rosario. Sus socios definen a la entidad como una institución voluntaria, laica, ecuménica y totalmente independiente. Su primer sede en la ciudad estuvo en Entre Ríos al 200 y, años después, se mudó al edificio que ocupa actualmente en Catamarca 1247. Allí, más de un rosarino disfrutó de su gimnasio, pileta o participó de sus colonias de vacaciones. Y todos ellos han escuchado la historia de una institución con 157 años de trayectoria internacional y una presencia efectiva en 130 países. La Asociación Cristiana de Jóvenes nació en Londres, en junio de 1844, producto de la iniciativa de un grupo de adolescentes interesados en mejorar las condiciones de vida de esta franja etárea en plena revolución industrial. En la actualidad tiene presencia en 130 países y cuenta con 30 millones de miembros en el mundo. En cada país, la institución es totalmente autónoma, ajusta su funcionamiento a las leyes nacionales y cuenta con su respectiva personería jurídica. Las distintas sedes locales se relacionan en la Alianza Mundial de Asociaciones Cristianas de Jóvenes/Ymca, con sede en Ginebra Suiza desde 1878. Al mismo tiempo, existen otras organizaciones regionales con sede en Hong Kong, Nairobi, Praga, Canadá, Estados Unidos y Buenos Aires. El 6 de mayo de 1902, la ACJ desembarcó en Argentina. Los socios fundadores fueron 108, en su mayoría inmigrantes ingleses. Prueba de esto es que hasta 1912 las actas de reuniones del directorio se redactaban en inglés. Entre los logros de la institución, se encuentra la introducción en Argentina del primer natatorio climatizado, así como la práctica del básquet, el vóley y el béisbol. En sus primeros años la entidad fue precursora e innovadora en los campos de la recreación y el deporte, no en su afán competitivo, sino como medios para el cumplimiento de su misión formativa. En 1909, la ACJ consiguió en el país su personería jurídica que la reconoce como una entidad civil, sin fines de lucro y de bien público.
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