Lars Nicolaysen
Las películas tratan de jóvenes muchachas y terribles monstruos, cuentos rosas y de horror, sexo y ciencia ficción. Los mangas japonesas -el fascinante mundo de los comics- y los animé -dibujos animados-, atraen a millones de habitantes del país del sol naciente. Y aunque algunos especialistas hablan ahora del final de los años de apogeo de este género, el imperio de los personajes de ojos excesivamente redondos está conquistando Occidente. La fiebre por los anime ya ha contagiado hace tiempo a los más pequeños en Occidente, con "Pokémon" a la cabeza. Ahora se aspira a llegar a nuevos públicos, entre otros con el estreno en Europa de la película de dibujos animados japonesa más famosa de todos los tiempos, "Mononokehime". Con la historia de una princesa, en 1997 Hayao Miyazaki rompió en poco tiempo en Japón todos los récords de público con "Mononokehime", superando incluso a "Parque Jurásico" de Steven Spielberg. En la película, Miyazaki habla del enfrentamiento entre la naturaleza y el mundo humano. El melodrama transcurre en la época medieval japonesa, pero el mensaje busca ser un llamado a la sociedad industrial actual para que proteja el medio ambiente. El productor de "Mononokehime", Toshio Suzuki, considera que el éxito de este género se debe a la competencia de las producciones de Hollywood. Las películas de la meca del cine pusieron en problemas a la industria local. "Da igual cuánto se esfuercen, no pueden ganar a los films de Hollywood", explicó Suzuki. Para poder hacerles frente con algo diferente, se desarrolló la técnica de la animación. De ese modo pueden realizarse escenas que con personas reales costarían fortunas o serían imposibles. Así como el cine "real" japonés de directores como Akira Kurosawa y Yasujiro Ozu está en decadencia, también llegará a su fin el éxito de la animación. "Hoy las manga ya no se venden tan bien como antes. Sobre todo las chicas las leen poco. En las escuelas se ríen de ellas si las ven leyendo comics", aseguró Suzuki. En tanto que antes la imagen de japoneses sumidos en sus libros de comics por ejemplo en el metro era de lo más común, hoy se ve más que nada a personas de entre 40 y 50 años, mientras que los jóvenes juegan por lo general con teléfonos celulares. Suzuki cree que la era de las mangas que comenzó con Tezuka morirá con él. Lo mismo pasará con los anime cuando ya no estén Miyazaki o su también famoso colega Isao Takahata. Por el momento ese no es el caso y su estudio Ghibli produce la nueva película de Miyazaki, "Sen to Chihiro no kamikakushi". En ella se relata la historia de una muchacha que es infeliz en el mundo moderno, y sólo se siente bien cuando viaja al pasado. "Disney quiere llevar este filme también al extranjero", reveló Suzuki.
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