Washington. - El Pentágono estudia si es posible desarrollar una bomba nuclear capaz de destrozar blancos bajo la superficie terrestre sin provocar daños colaterales de consideración, informó ayer el periódico The Washington Post. El estudio apunta inequívocamente a un enemigo: el Irak de Saddam Hussein y sus búnkes blindados subterráneos. Según los estrategas del Pentágono, la idea es que un ataque con un arma de alta penetración con una "pequeña" carga nuclear no causaría demasiados "daños colaterales". Citando a fuentes del gobierno y el Congreso estadounidense, el periódico dijo que las autoridades estudian la posibilidad de construir un artefacto nuclear con un cono en la punta que puede horadar la tierra y hacer impacto en búnker y centros de mando enterrados. La preocupación de que el líder iraquí Saddam Hussein pueda esconder armas químicas y biológicas en búnkers subterráneos ha hecho aumentar el interés en este tipo de armas, dijo el Post. Entre los que han propuesto la bomba se encuentran varios científicos nucleares y funcionarios de alto rango del gobierno del presidente George W. Bush, explicó el periódico. Un asesor del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, dijo según el Post que las armas nucleares actuales de Estados Unidos no frenarían al líder iraquí, "porque éste sabe que un presidente estadounidense no puede lanzar una bomba de 100 kilotones en Bagdad". 100 kilotones es una carga atómica media de las actuales armas estadounidenses y equivale a entre diez y 15 veces la potencia de la bomba de Hiroshima. Según escribió el jefe de los Laboratorios Nucleares Sandia del Departamento de Energía, "proyectiles de baja potencia con sistemas de dirección de alta precisión" podrían ayudar a las autoridades estadounidenses a "contemplar la destrucción de ciertos objetivos subterráneos o enmascarados teniendo en cuenta un mínimo de daños colaterales". El Post señala que los críticos alegan que tales bombas no podrán llegar a una profundidad suficiente para impedir que la radiactividad se filtre a la atmósfera. El informe del estudio del Pentágono será enviado al Congreso en julio, agregó el periódico.
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