Mientras el equipo alternativo penaba en San Martín luego de estar al borde de una victoria que parecía segura hasta el minuto final, el grueso del plantel que afrontará el encuentro del próximo jueves ante Vélez, que decidirá la suerte de Rosario Central en la Copa Libertadores, entrenó ayer por la mañana en la ciudad deportiva sin la presencia de Gustavo Arriola, quien tiene pocas chances de jugar en Liniers. Por la mañana, el plantel trabajó en la ciudad deportiva y por la tarde se pegó a la radio para sufrir con el primer gol de Chaca, gozar con los festejos de Daniel Quinteros y Pierucci, lamentarse por el empate sobre la hora de Brizuela y embroncarse con el penal convertido por Moreno en tiempo de descuento que tuvo el doble significado de que fue pitado por Madorrán, el mismo que dirigirá Vélez-Central el jueves. El único que no participó de los trabajos fue Arriola, quien el sábado sufrió una entorsis de tobillo y está en duda para enfrentar a Vélez. Tom padeció la lesión al pisar un desnivel en la cancha de la ciudad deportiva y por eso ayer fue parado y recién hoy volverá al lugar de entrenamiento, aunque no se sabe si practicará. Por lo pronto fue tratado con antiinflamatorios y el cuerpo médico aguardará su evolución para ver si le dará el alta o bien irá al gimnasio. Según confiaron algunos integrantes del cuerpo técnico, Arriola tiene pocas chances de jugar y en ese caso habrá que ver por quién se decide Bauza para reemplazarlo, si por Arias o bien otro volante, que podría ser De Bruno o Moreno. Los auriazules realizaron tareas físicas a las órdenes del profesor Alejandro Mur y luego algo de fútbol reducido, bajo la mirada del ayudante de campo José Luis Di Leo. Ambos integrantes del cuerpo técnico tuvieron ayer una maratónica jornada, ya que luego de la práctica viajaron a Buenos Aires y luego del partido regresaron a Rosario. El sacrificio de ellos contrastó con la actitud dirigencial, ya que ningún directivo viajó a San Martín para acompañar al equipo.
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