Una atención especial al desarrollo de la alfabetización de los propios educadores es uno de los desafíos y compromisos que segun Naciones Unidas, los países no podrán eludir. En este sentido, advierten sobre la necesidad de enriquecer la competencia como lectores y escritores de los maestros, también las oportunidades para desarrollar estas competencias, de manera de poner en práctica lo que ellos luego deberán enseñar a sus alumnos. "El acceso regular a materiales de lectura, periódicos y otros medios, así como a la computadora y otras tecnologías modernas, han pasado a ser parte de las necesidades básica de la profesión docente". Entre las recomendaciones planteadas por los especialistas, figura la necesidad de brindar a los educadores formación y no sólo capacitación en un tema determinado; además de abrir una oferta diferenciada para la formación de educadores, reconociendo que junto al Estado, las universidades, ONGs, instituciones culturales y las asociaciones de educadores cumplen un rol fundamental en la preparación profesional. Además del aprendizaje que puede obtenerse desde la propia práctica, y la compartida con otros educadores. Según se indica en el informe, atender a las propias necesidades de aprendizaje de los educadores es una prioridad a asumir. "La alfabetización infantil -se cita como ejemplo- como la de adultos se han movido tradicionalmente con la idea de que alfabetizar es una tarea fácil, requerida de buena voluntad y paciencia más que de conocimiento y competencia profesional. Lo usual es asignar los educadores nuevos, sin experiencia y menos calificados, a los primeros grados de la escuela; por otra parte, en el marco de los programas para jóvenes y adultos, lo usual es una capacitación débil o incluso inexistente. No debe -se advierte- por lo tanto sorprender la baja calidad de los aprendizajes vinculados a la alfabetización que resultan tanto del sistema escolar como de los programas no-formales".
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