El papa Juan Pablo II condenó en reiteradas oportunidades la práctica de la eutanasia, a la que calificó como "el asesinato deliberado y moralmente inaceptable de un ser humano". "Nada, ni siquiera la solicitud de un paciente, que con frecuencia es un grito de auxilio, puede justificar arrebatar una vida que es preciosa a los ojos de Dios y que puede ser un gran regalo de amor a una familia, incluso en el sufrimiento de los días finales", dijo el Papa en 1999. "Permítanme enfatizar que acceder a la intención de otra persona de suicidarse y ayudarla a llevar a cabo ese propósito mediante el llamado suicidio asistido significa cooperar y ser a veces el autor de una injusticia que nunca puede ser excusada, aunque sea solicitada", agregó.
| |