Fernando de la Rúa decidió tomar con humor las denuncias sobre escuchas ilegales a sus teléfonos y los de ministros y secretarios. "Se van a pegar una aburrida", advirtió. De la Rúa salió a minimizar las manifestaciones de dos de sus ministros, Ramón Mestre (Interior) y Andrés Delich (Educación), sobre el presunto seguimiento satelital, a través de una sofisticada tecnología, de varios teléfonos oficiales, entre los que estaría el suyo. Al término de la conferencia de prensa en la Casa Rosada, y consultado sobre si el tema preocupaba al gobierno nacional, afirmó: "Si me siguen, aunque sea por satélite, se van a pegar una aburrida...". Más seriamente, Ariel Garbarz, uno de los técnicos que rubricó el informe de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) donde constaban las escuchas y el método usado, dijo que le solicitaron al juez Cavallo "que urgentemente tome medidas para proteger la seguridad del presidente, de los ministros y los secretarios de Estado que están usando un lote de celulares que son monitoreados con una tecnología que permite determinar, mediante coordenadas, la posición de la gente". También aseguró que la UTN ofreció su colaboración "en lo que hace a los aspectos técnicos para tratar de contrarrestar este rastreo".
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