Mazzacane dijo: "Quiero hablar menos y hacer más". Y apenas 48 horas después del Gran Premio de Brasil estará rodando con el Prost en Magny Cours, a escasos kilómetros de la sede del equipo, para intentar mejorar la performance de un auto que hasta ahora rindió menos de lo esperado. Con una actuación consistente, el piloto argentino alejó un poco los rumores que se ciernen sobre su continuidad y que se habían intensificado después de la clasificación del sábado en Interlagos, donde quedó penúltimo. "Fangio siempre decía que las carreras eran de autos y esa es una gran verdad", explicaba Eduardo Ramírez, representante del argentino. "Si hoy le das el Minardi a Schumacher, sólo podría estar medio segundo arriba de lo que hace Alonso, pero nada más. Entre los pilotos sólo pueden sacarse esa diferencia", amplió. La actuación de Jenson Button quizás sea el mejor ejemplo de lo que dijo Ramírez. Fue elegido revelación de la categoría en el 2000 a bordo del Williams, y hoy nadie se acuerda de él y pasa indiferente con un paupérrimo Benetton. De todas formas, las carreras no son sólo de autos y no sólo Montoya dio un ejemplo de ello sino el propio Mazzacane, quien pareció correr con una motivación distinta a sus 19 grandes premios anteriores. De hecho, se mostró agresivo en pista y llegó a estar muy cerca de Fisichella, quien finalmente resultó sexto, y también de Alesi, hasta que un problema en el embrague lo retrasó. Si se repasa el hecho de que Fisichella fue sexto y que Alesi estuvo en los puntos hasta que los neumáticos posteriores se desgastaron hasta hacer inmanejable el auto, se deduce que por primera vez en su carrera Mazzacane tuvo reales posibilidades de estar en los puntos. Mazzacane llegó ayer a París y nuevamente se subirá a un Prost que muestra vicios aerodinámicos, pese al potente motor que tiene, que ubicó al argentino como el tercero en carrera en promedio de velocidad, detrás de Ralf Schumacher y Coulthard. Pese a los malos augurios, Mazzacane entregó en carrera una imagen distinta, que se acerca más a lo que los tuercas argentinos esperan de él. Desde mañana, Gastón trabajará para que no sea sólo una impresión pasajera.
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