"El es ministro, y yo soy el presidente de la República", se vio obligado a aclarar ayer Fernando de la Rúa para despejar dudas sobre quién es el responsable de la política nacional tras el desembarco de Domingo Cavallo en el gobierno. "Cada uno tiene la misión y la responsabilidad, y es bueno para el país que se infunda optimismo y que demos una buena noticia todos los días, que Argentina se ponga de pie y a trabajar; lo que es bueno para el país es bueno para el presidente", agregó con una forzada sonrisa. La pregunta que disparó la incómoda respuesta era previsible: si no sentía envidia por el apabullante protagonismo de Cavallo luego de su arribo al gabinete. "De ninguna manera van a encontrar en mí envidia ni mezquindad; siempre voy por lo positivo, y valoro a aquellos que actúan y trabajan bien. Al contrario, lo que este presidente quiere es un ministro que comunique, informe, transmita optimismo, y que la gente tenga referencia para las acciones económicas y podamos ir hacia adelante", completó De la Rúa. El primer mandatario consideró luego "valioso y constructivo" la ronda del diálogo que mantuvo con dirigentes de diferentes partidos políticos y con los gobernadores de todo el país, y en un inesperado mensaje a los periodistas de la Casa de Gobierno, agradeció los aportes realizados por la dirigencia y por los legisladores nacionales que aprobaron la ley de competitividad diseñada por Cavallo. Durante un largo repaso de las conversaciones que mantuvo entre el jueves y ayer con líderes partidarios y gobernadores, De la Rúa puntualizó que la ronda del diálogo "tiene un valor extraordinario porque hace a la institucionalidad y a la gobernabilidad". "Es un motivo de satisfacción expresar que de este modo se ha interpretado la voluntad de un pueblo que quiere ver a la dirigencia unida en torno a los grandes problemas del país, sin perjuicio de las discrepancias o de algunas diferencias de opinión", resaltó. Entusiasmado el vuelco favorable que dio su gobierno, puntualizó que "esta es la demostración más cabal de la fortaleza institucional y de la capacidad de unidad del pueblo argentino y de su dirigencia para atender los problemas del ahora y dar una respuesta a una realidad que es compleja pero que la vamos a superar con la confianza y el optimismo con que la gente ha recogido las nuevas medidas". Concretamente sobre las medidas, indicó que "apuntan a resguardar la solvencia fiscal, cumplir las metas acordadas y las obligaciones internas y externas, y promover la competitividad de los distintos sectores de la economía para reactivar la producción y el mercado interno". De la Rúa dijo estar convencido de haber encontrado "el buen camino" porque nota "la confianza de la gente, el optimismo que percibo en la sociedad". También aseguró que "era necesario tener integrado el gobierno con un ministro de Economía (Domingo Cavallo) y con la ley que mandamos al Congreso" sobre la competitividad, a la que consideró "fundamental" para salir de la crisis. "Aprecio la presencia de Cavallo, que ha salido con mucha fuerza y empuje a sembrar optimismo y a plantear políticas activas para la competitividad. Dejar de lado el sentido pesimista o negativo que le han dado muchos y salir adelante con un programa de reactivación", subrayó, y destacó que el ingreso del nuevo ministro fue tomado "con una gran comprensión de los sectores de la Alianza". "Vamos a seguir adelante con el programa de la Alianza, y las medidas anunciadas van en el sentido de la reactivación económica y en línea con lo que anunciamos oportunamente", completó de la Rúa.
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