Es el primer paso formal del camino hacia un gobierno de unidad nacional. El presidente Fernando de la Rúa recibió ayer por separado a sus antecesores, Raúl Alfonsín y Carlos Menem. El titular de la UCR y el líder del PJ coincidieron en apoyar el otorgamiento de plenos poderes al Ejecutivo, por considerarlo un instrumento eficiente para sacar al país de la grave crisis económica, y dieron un explícito respaldo al primer mandatario, quien hoy se reunirá con el jefe del Frepaso, Carlos Chacho Alvarez (ver página 16). Alfonsín apoyó las medidas del ministro de Economía, Domingo Cavallo, en tanto Menem prefirió no opinar al respecto. Asimismo, mientras el radical ratificó la vigencia de la Alianza y pronosticó que más dirigentes del Frepaso se incorporarán al gobierno, el ex presidente consideró que "no es necesario" que el justicialismo se sume para conformar un gabinete de unidad nacional. Tras la reunión, Menem rompió el silencio en torno al nuevo titular del Palacio de Hacienda: "Nos reímos con el presidente de algunas declaraciones que yo hice cuando, hablando de Cavallo, dije que es para la Alianza parte de la herencia recibida". Además, destacó que el PJ "ha apoyado en el Parlamento dando el quórum y votando las leyes que ha enviado el Ejecutivo", pero no descartó una futura colaboración del peronismo con el gobierno, porque el diálogo "siempre sigue abierto". Por su parte, Alfonsín impulsó también la inclusión en la Alianza de partidos "de izquierda, que representen al proletariado", y a los que reflejen los intereses de "la burguesía". La presencia de los dos líderes partidarios en la Casa Rosada se enmarcó en la convocatoria presidencial a un gobierno de unidad lanzada cuando Cavallo fue designado en Economía. Desde ese momento, las versiones sobre la conformación de una nueva coalición entre el delarruismo, el PJ y el cavallismo generaron un verdadero tembladeral en la Alianza. Menem salió al cruce de los rumores. Negó que se haya conformado una nueva coalición, pero, al mismo tiempo, instaló otra idea: "Hay nuevos frentes, una especie de nuevos acuerdos que todavía no son alianza". A su vez, el vicejefe de Gabinete, el cavallista Armando Caro Figueroa, calificó de "especulaciones" a las versiones sobre una coalición tripartita. Las dos reuniones se realizaron en el despacho presidencial, en medio de una aguda crisis económica y política, que obligó a De la Rúa a convocar al gobierno de unidad, que hasta ahora sólo incorporó Cavallo. Alfonsín consideró que las nuevas medidas económicas parecen "políticas activas", en tanto apostó a que las próximas sean "progresistas". Además, puntualizó que cuando los legisladores radicales votaron por la ley de plenos poderes, lo hicieron en una muestra de "confianza" hacia De la Rúa. Menem se mostró diplomático y evitó reiterar las críticas que suele formular a De la Rúa por su presunta "falta de liderazgo". Se limitó a explicar que había encontrado al presidente "con buen estado de ánimo y muy firme", en tanto dijo que el voto a favor de las atribuciones especiales fue una muestra de "madurez" de la dirigencia política. Luego siguió eludiendo todo tipo de referencia a Cavallo, quien en los últimos años de su presidencia se convirtió en su acérrimo enemigo. Sólo afirmó que las medidas económicas en marcha son impulsadas por De la Rúa. A poco de finalizadas las reuniones en la Rosada, el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, aprovechó el acto de lanzamiento de un programa rural para marcar las diferencias: "Allá la política y el pasado. Aquí, con la producción, está el futuro". Hoy, a las 16, De la Rúa recibirá a Alvarez en la Casa de Gobierno. Curiosamente, la agenda oficial sólo da cuenta de un encuentro con "dirigentes del Frepaso". Por su parte, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, aseguró que el gobierno espera "el más amplio apoyo" de esa fuerza.
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