Según el reciente informe de la unidad ejecutora HIV-Sida del Ministerio de Salud nacional, las mujeres argentinas se enferman en edades más tempranas que los hombres, con el grupo de 25 a 34 años como el de mayor incidencia, seguido por el de 13 a 24 y luego por el de 35 a 44. Esto implica que se ven afectadas en su edad fértil, lo que incide en los riesgos de infección perinatal. Desde 1986 -cuando se detectó el primer niño argentino con la enfermedad- hasta diciembre pasado, hubo en el país 1.306 casos de chicos menores de 13 años con sida. De ellos, el 96 por ciento se contagió por la vía vertical o perinatal. La transmisión madre-hijo representa el 6,7 por ciento del total de casos de sida del país, una proporción que se ubica entre las más altas del continente, por encima de Bolivia, Uruguay, Paraguay, Brasil, República Dominicana, Chile, Estados Unidos, México y Cuba, y sólo superada por Jamaica. Sin embargo, cuando en 1997 se hizo obligatorio el test de diagnóstico de HIV a las embarazadas el porcentaje de bebés infectados por esa vía comenzó a disminuir sensiblemente. Pese a ello, todas las provincias siguen reportando casos de enfermedad por transmisión de madre a hijo, excepto La Pampa. Nuevamente, en ese ránking Santa Fe ocupa el tercer lugar, con el 4,3 por ciento del total nacional.
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