Ammán, Jordania. - La disparidad de criterios con respecto a la posición ante Israel y la cuestión palestina quedó en evidencia en la primera jornada de la Cumbre Arabe que se desarrolla en Ammán, la capital de Jordania. De esta cumbre se espera un fuerte mensaje de apoyo a los palestinos en su levantamiento (Intifada) contra la ocupación israelí, pero en su primer día de sesiones no hubo acuerdo en cuanto a la forma de tratar con el gobierno del primer ministro de Israel, Ariel Sharon. El relanzamiento del boicot económico contra Israel, propuesto por Siria y Libia, abanderados del sector más radicalizado, fue uno de los temas controvertidos que dividen las filas de la Liga Arabe. El boicot económico contra Israel lanzado en 1969, dos años después de la guerra árabe-israelí de 1967, fue perdiendo vigencia gradualmente tras el nacimiento del proceso de paz de Medio Oriente en la Conferencia de Madrid, a finales de 1991. Sin embargo, la mayor oposición a la propuesta libio-siria parte de Jordania y Egipto, aliados de Estados Unidos en la región. Ambos países argumentan que sus tratados de paz con Israel, el de Egipto en 1979, y el de Jordania en 1994, les impiden adoptar medidas económicas contra el Estado judío. En tanto, tampoco se logró el consenso con respecto a una propuesta de los ministros de Asuntos Exteriores sobre la cuestión de Irak, que tiene en consideración las demandas iraquíes y kuwaitíes, a la vez que pide el levantamiento de los once años de sanciones de las Naciones Unidas contra el régimen de Saddam Hussein.
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